Parece ser que la tan
cacareada autonomía de Andalucía, el poder andaluz y otras zarandajas esgrimidas
por el gobierno de la Junta, se van a reducir una vez más a lo que se decida en
la calle Ferraz de Madrid el próximo sábado18.
Si se convocan las
elecciones andaluzas anticipadas coincidiendo con las europeas o se dejan para
otro momento que les pueda interesar más a los socialistas, se decidirá en
Madrid y no en Sevilla. Mientras, los graves problemas que se viven en
Andalucía continúan al margen de las agendas del Susanato y de izquierda unida.
El paro juvenil asciende en nuestra comunidad al 60% y el desempleo general al
34,5%, mientras los representantes del pueblo se dedican a marcar estrategias
internas, partidarias y de marketing electoral.
Llevamos tres años
durísimos en cuanto al desempleo juvenil y debería haberse declarado la
emergencia en la comunidad autónoma para abordar este tremendo problema.
Nuestros jóvenes están saliendo de Andalucía aceptando trabajos basura en otras
comunidades autónomas, ganando lo justo para sobrevivir o saliendo al exterior
donde la incertidumbre es mucho mayor. Tendríamos que haber dedicado al menos
el 10% del presupuesto autonómico (unos 2.500 millones de euros) a la creación
de empleo juvenil, lo que obligatoriamente hubiera supuesto reducir gastos en
bastantes de las partidas actuales, recomponer los presupuestos y marcar
prioridades.
El gobierno andaluz ha
estado en otras historias internas, despreocupándose de este problema que les
interesa se profundice para seguir arremetiendo contra el gobierno central. Las
perspectivas de la juventud andaluza continúa careciendo de opciones vitales y
la desesperación se acentúa cada día. El pacto entre PSOE e Izquierda Unida da
solo para gobernar la miseria, continuar instalados en el frente de oposición
desde un gobierno regional y esperar mejores tiempos para la lírica.
Los andaluces no se lo
vamos a perdonar. Son muy preocupantes los casos de corrupción que se han dado
y que esperemos cesen de una vez por todas, pero despreocuparse del mayor
problema que se ha vivido en Andalucía en decenas de años no tiene perdón. No
hablamos ya de una generación perdida, sino de dos. Esperanzas frustradas en
una juventud sin esperanza, condenada a la oscuridad absoluta por la ineptitud
de los gobernantes y de la oposición del PP que permanece oculta, tapada y
silenciada por su pésima gestión a nivel nacional.
No basta con tener
poderío folklórico, no basta con mantener una coalición de gobierno
autodenominada de izquierdas si no se aborda con contundencia el principal
problema que tiene Andalucía. Las estrategias internas, partidistas y tácticas
de pacotilla, son sólo para ellos, de ese viven. Espero que al menos se les
caiga la cara de vergüenza cuando se crucen con una persona joven por la calle
y tengan la dignidad de mirarle a la cara.
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