Por ventura los datos
globales de nuestra economía empiezan a estabilizarse creando cierto optimismo
en las inversiones extranjeras. Rajoy ha venido sonriente de su visita al
oráculo de Washington por sus imágenes con el todopoderoso Obama, después de
rendir la correspondiente pleitesía y traerse unos lacasitos de regalo,
vendiendo un espaldarazo de USA a las políticas puestas en marcha por su
gobierno.
Lo que no ha destacado
la prensa española ha sido lo bien informados que están los asesores
norteamericanos, ya que Obama le ha trasladado a Rajoy su preocupación por un
desempleo exagerado del 26% y le ha instado a perseverar en solucionar tan
enorme desajuste social. Es decir Mariano, o comienzas a solucionar la bárbara
recesión que afecta a la clase media española y aumenta los niveles de pobreza
y de pobreza extrema, o estos cantos de sirena que me traes serán sólo eso.
La Casa Blanca siempre
tiene algún objetivo específico cuando recibe a un presidente de otro país.
Saben que se utilizará la imagen de Obama para venderla a favor del recibido y
para ello establecen un canon que prefijan de antemano. En nuestro caso, Rajoy
ha estado encantado de pagar dicho canon a sabiendas de que el rédito político
en España y en Europa de su visita merecía mucho la pena. Efectivamente, lo han
adivinado: “Cerrar el asunto del Escudo Antimisiles en la base de Rota”, lo que
Rajoy obviamente ha garantizado poniéndose a la entera disposición de las
necesidades y estrategias de defensa de ejército USA.
Lo del tirón de orejas
por el desempleo y la desigualdad es lo de menos, lo de las escuchas ilegales y
el espionaje de la NSA con el apoyo del CNI para qué vamos a sacarlo en tan
insigne encuentro de líderes mundiales. Lo importante es lo importante y lo
demás es accesorio.
Me da la impresión de
que nuestro presidente sigue sin enterarse de las necesidades de los españoles
y, sobre todo, de sus sentimientos. La evaluación al 1,75 de desprestigio de la
política española es todo un mazazo a la línea de flotación de un gobierno
déspota que realiza políticas con un rodillo vetusto y que pretende hacernos
tragar que la mayoría obtenida justifica todo lo que quieran hacer.
Da la impresión de que
el gobierno está trabajando más con el objetivo de acrecentar la desafección hacia
la política y aumentar la abstención a cifras desconocidas, que por reconducir
una situación económica que consiga reducir las desigualdades entre españoles.
Es muy posible que la jugada les salga bien, porque si los ciudadanos no van a
votar (serán los más críticos) saldrán beneficiados con sus leales los del
bipartidismo.
Una pena que no
tengamos estadistas en política y que el perfil sea tan bajo y tan mediocre en
nuestros gobernantes. De ahí que la decisión y responsabilidad sea
exclusivamente nuestra.
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