sábado, 28 de junio de 2014

REACCIONES LOCALES.


La crisis económica, social y política que ha provocado la aplicación de las políticas neoliberales del actual gobierno de Partido Popular, iniciadas las mismas con el anterior gobierno del PSOE, han golpeado con una dureza extrema a las capas más vulnerables de la población y desplomado las clases medias a cifras de hace treinta años.

España se encuentra en un periodo especial, de cambios profundos, para rediseñar el Estado que ha sido puesto en cuestión precisamente por los efectos nocivos de los últimos gobiernos en el país. Estos cambios van a concretarse, en menos de un año, en las elecciones municipales a celebrar en Mayo 2015. Los Ayuntamientos, como instituciones más cercanas a la ciudadanía, han dejado pasar la oportunidad de ponerse al servicio de sus vecinos y acometer acciones que redundaran a favor de la inclusión y permitieran paliar las desigualdades provocadas por la política salvaje de la troika.

El hartazgo de la ciudadanía tiene que notarse también en la elección de los gobernantes de los municipios, siendo capaces de traducir con inteligencia la necesidad de nuevas formas de plantear la política local desde una visión global de la situación que vivimos en el país. Pensar globalmente, actuar localmente, para hacer posible otra forma de servir al pueblo desde las instituciones municipales.

No se trata de montar de urgencia mega coaliciones electorales con una sopa de siglas que nadie entendería. Se trata de ofertar con un alto grado de responsabilidad y generosidad una alternativa real a estas formas tan arcaicas de gobernar los ayuntamientos, para pasar de una mera prestación de servicios a colocarse al frente de las propuestas necesarias para solucionar y denunciar las problemáticas que afectas a sus vecinos.

Esta alternativa para cambiar las ciudades y los pueblos, debe estar conformada por organizaciones sociales, Asociaciones de Vecinos, Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, Peñas, clubs deportivos, Asociaciones culturales, ONGS, Plataformas y mareas ciudadanas, grupos sectoriales de la ciudad y, también, por partidos políticos y movimientos políticos alternativos. Aquellos que pretendan promover estas propuestas a la forma tradicional de sentar a varios partidos en una mesa camilla para determinar qué hacer, se equivocarán irremediablemente.

Hacen falta cientos de organizaciones y entidades, pequeñas, medianas o grandes, miles de ciudadanos independientes que se pongan al frente de la propuesta. No es hora de la amalgama de siglas partidarias, sino de priorizar los problemas de la ciudad, fijar los objetivos para el cambio y las acciones necesarias para acometerlo.

El cambio real puede comenzar desde abajo, desde los Ayuntamientos, provocando una auténtica revolución en la forma de entender la política local y apoyando desde ahí los futuros cambios en autonomías y gobierno central. Solo es necesario altura de miras en los partidos y compromisos claros de la población en general para elaborar un programa de gobierno que garantice el cambio necesario para nuestras ciudades. El reto merece la pena y es ilusionante.


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