sábado, 7 de junio de 2014

SE ACABÓ EL CHOLLO.


A juzgar por el enorme interés que se están tomando los partidos convencionales en marcar territorio, parece que se está tambaleando el mercadeo de ocupar cargos públicos en las instituciones como costumbre instalada en nuestra  democracia representativa. Los de la “carrera política”, que ingresaban de jóvenes y se jubilaban en esto, después de haber pasado por innumerables cargos y responsabilidades públicas y, muchos, por más de un partido político, le están viendo las orejas al lobo de que se les acaba el chollo.

La instalación en el chiringuito está siendo cuestionada por la inmensa mayoría de la ciudadanía. No sólo por el reflejo de las tendencias en los votantes sino, además, por el alto índice de desencanto y desafección que se ve reflejado en la abstención creciente. Esta nunca les ha preocupado a los partidos de nuestro sistema democrático, pues al final lo que contaban eran los resultados obtenidos en porcentaje de votos y el reparto de puestos, pero es alarmante y bochornosa en una sociedad que se entienda como moderna y comprometida con lo público.

Son síntomas evidentes de que algo se está moviendo y que socialmente está cambiando. Las preocupaciones fundamentales de la población valorarán las propuestas que incidan en el mantenimiento de un sistema público y de calidad en educación, sanidad, vivienda, servicios sociales e igualdad de la mujer en todos los ámbitos. Se castigará la falta de transparencia, la corrupción, la mala gestión, pero también la chulería, altanería y prepotencia de líderes y candidatos.

La ciudadanía española manifiesta hartazgo del sistema, que puede traducirse en la necesidad de reformar la Constitución en busca de un estado avanzado, del Siglo XXI, modificando la actual estructura territorial e institucional, caminando hacia un Estado Federal, Solidario y Laico. Cambiar la Ley electoral injusta para conseguir una democracia mucho más real y participativa.

Se valorarán las propuestas que sepan abordar el empleo como un derecho ciudadano, aplicando políticas serias que reestructuren nuestros sectores y posibiliten empleo de calidad, basadas en la potenciación del I+D+I y en la reindustrialización competitiva, apoyando a Pymes y autónomos en su desempeño.

Colocar en primer lugar a las personas, conlleva invertir los órdenes actuales (primero el partido, después los ciudadanos), trabajar por la colectividad, abordar la necesidad de cambios sin descanso y dejar de esconderse tras los coches oficiales, los escaños y las reuniones de partido, para salir y estar en la calle, con las antenas puestas y abiertas permanentemente. Los partidos en sí han dejado de interesar, interesan las propuestas y la resolución de problemas que tiene la población.

En este cambio de percepción de lo político, que a primera vista parece un cambio de paradigma, los ciudadanos hemos de tomar conciencia de nuestra responsabilidad en su aplicación práctica. Hemos de estudiar muy bien las propuestas que realizan los partidos, su nivel de credibilidad y su compromiso real con lo público. Ya no queremos representantes sino servidores del bien común.

3 comentarios:

José Luis dijo...

Ojalá se trate de una segunda transición y que los protagonistas vigilen (vigilemos) las desviaciones del modelo de inicio actual. ¡Que difícil es llevar la teoría a la vida real!. Muy acertado tu comentario Paco. Enhorabuena.

José Luis dijo...
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José Luis dijo...
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