jueves, 13 de noviembre de 2014

CORRUPTOS


La corrupción, en el ámbito de lo político, se ha colocado como uno de los principales problemas señalados por la población española en las encuestas del CIS. No hay informativo de TV o radio, ni periódico que no abran sus portadas con casos de corrupción desde hace ya bastante tiempo. La ciudadanía ha calibrado la importancia de estos hechos y va pasando del “todos son iguales” al “esto hay que cambiarlo”.

La mayoría de los partidos políticos están implicados: PP, PSOE, IU, CIU, y otros, dando así una imagen unitaria de lo poco que les importa la gestión transparente de lo público y un trabajo serio por el bien común. Como pareciera que a todos se les va pillando (aunque deduzco que como en los alijos de droga se detectan uno de cada diez), los partidos se afanan en lanzar proclamas sobre medidas anticorrupción y por la transparencia en la gestión pública. Como diría Joaquín Sabina: “Ahora es demasiado tarde, princesa”.

La deducción es simple: si no se hubiesen descubierto la vergüenza de cientos y cientos de casos de corrupción, los partidos seguirían instalados en el “aquí no pasa nada”. Ahora, en un alarde de respuesta a la corrupción política, se apresuran con declaraciones bienintencionadas, intentando al mismo tiempo escabullirse de algunas dimisiones necesarias. Mientras, la ciudadanía reflexiona sobre lo que no se ha hecho en 35 años de democracia, la complicidad manifiesta de los partidos gobernantes para no fijar mecanismos reales de control y transparencia desde el principio. Y se da cuenta de que sólo se han puesto manos a la obra cuando han sido pillados.

Siguen inmersos en sus discursos del “y tu mas”, peleando incluso por las medidas que han de tomarse y ofreciendo pactos contra la corrupción. Tanta estulticia es una ofensa a la inteligencia ciudadana.

La decisión está tomada y así se va reflejando en todas las encuestas y sondeos electorales que van apareciendo:”no les queremos más”. Parece claro que ha llegado el momento del cambio para este país, con propuestas serias, rigurosas, de recuperación de la dignidad y de la decencia. Y los partidos a la clásica no solo han perdido la oportunidad de ser respetados por los electores, sino que han hecho todo lo posible para ganarse su desprecio más absoluto.

Todas las medidas que anuncian ahora a bombo y platillo son de cara a la galería, para que salgan en los medios, pero jamás se preocuparon de adelantarse a los hechos. Simplemente no les interesaba y así, escándalo tras escándalo, han ido cavando su propia fosa que los llevará a una larga travesía del desierto.


1 comentario:

José Luis dijo...

Una vez más Paco Pineda ha expresado claramente mis propias conclusiones y creo que el sentimiento de una grandisima parte de la población.
Mi enhorabuena por tu clarividencia!
Los hechos y la realidad son muy testarudos y surgiran grandes alamedas con una clase política digna que te dará la razón. Un fuerte abrazo.