Después de dos semanas de
celebradas las elecciones generales, continuamos sin saber quién formará
gobierno. Rajoy le ha pedido encarecidamente a los Reyes Magos, un aluvión de
cordura en el PSOE y Ciudadanos para evitar la hecatombe de un gobierno con la
presencia de PODEMOS que, según él, nos llevaría al caos. Pedro Sánchez, pelea
a pecho descubierto con los barones territoriales para evitar un gobierno del
PP, mientras las huestes susanistas se preparan para mudarse a Madrid.
Parece que la “repetición “ o “nuevas elecciones”, serán
inevitables, a no ser que en las rebajas de enero los partidos aflojen sus
líneas rojas y las tercien en asalmonadas. De celebrarse nuevas elecciones,
seguramente en primavera, el partido más beneficiado sería el PP, recuperando
muchos de los votos que se ha llevado ciudadanos como castigo a sus políticas
de austeridad extrema y a la corrupción que están intentando disipar. Otro
partido que aumentaría su representación sería PODEMOS, que ha captado la atención
de muchos votantes del PSOE hundido en las luchas intestinas, así como de
votantes de IU que han visto como la dispersión de su voto no ha sido muy útil
para lograr el cambio.
De los discursos de fin de año de
los reinos de taifas, el que más me ha sorprendido ha sido el de Susana Díaz,
que se ha permitido el lujo de utilizar la televisión andaluza para largar un
mitin político del PSOE y de su particular precampaña para el cónclave
socialista. Es una vergüenza cómo esta mujer utiliza a Andalucía en beneficio
propio y, sin pestañear, nos coloca a los andaluces como referente español por
excelencia de la unidad territorial indivisible, mientras los datos de
desempleo y de pobreza se estancan en la comunidad, los servicios de salud
están cada día más deteriorados y la educación mantiene niveles de fracaso
escolar insoportables.
Personalmente, pienso que la
campaña electoral de las nuevas elecciones ya ha empezado, sean estas en
primavera o en Noviembre de este año. Y ello no debería provocarnos ningún tipo
de desazón a la ciudadanía, pues los tiempos han cambiado y tenemos que
readecuarnos a los mismos. Si para ello tenemos que votar algunas veces más no
debe preocuparnos demasiado, pero la extrema situación por la que atravesamos
necesita de un gobierno de cambio cuanto antes si no queremos enquistar los
efectos de la estafa de la crisis.
De momento, las opciones que
tenemos para Presidente son o Mariano Rajoy, o Pedro Sánchez, y mucho me temo
que ninguno de los dos contarán con apoyos suficientes para conseguir la
investidura. Si se diera el milagro, sus gobiernos serían demasiado débiles
como para superar la prueba del algodón de los presupuestos 2017, lo que
conseguiría trasladar el momento electoral a noviembre. Por lo pronto está
asegurado que en la casa de ambos recibirán carbón el día 6.
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