ESPAÑA EN FIESTAS

Por todo el territorio español estamos en fiestas locales. Muchísimos pueblos y ciudades celebran sus fiestas patronales, dándole un colorido especial al caluroso verano y aprovechando las noches templadas para aguantar hasta las madrugadas. Familias que se reencuentran en estas fechas, amigos que sólo se ven para las fiestas del pueblo, momento de recordar a los que se fueron y de saludar a las nuevas incorporaciones. Son especiales estos momentos festivos de agosto, donde media cabeza ya está pensando en la vuelta al cole, otros en la reentré al trabajo, muchos en qué trabajo podrán buscar cuando terminen estos días y todos pensando que la mejoría social y económica en nuestra país tardará en llegar, por lo que ahogar la pena en una buena copa de vino y en buena compañía es el mejor reconstituyente en nuestro tratamiento anti estrés. Mientras tanto, durante este verano, hemos tenido algunas noticias para comentar en nuestros encuentros estivales, tales como el corto veraneo de la Sra. Obama por la Costa del Sol, la retirada del grueso de las tropas de guerra de EEUU en Irak, el amago de conflicto, que ya por repetitivo cansa, de Marruecos en la frontera de Melilla, la llegada de algunas decenas de presos cubanos a nuestro país, la catástrofe humanitaria más grande del decenio en Pakistán, las inundaciones veraniegas que esté año han paseado por Córdoba, Sevilla y Castellón, el no a los toros de Cataluña, la inactividad de ETA, el estancamiento del desempleo con una subida insignificante de puestos de trabajos para tratarse el periodo que se trata, la puesta en marcha en Irán de una central nuclear para fines energéticos, la ruptura y posterior reanudación de las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia, su nuevo Presidente Santos, la campaña electoral de Brasil, la reaparición de Fidel, el bloqueo federalista de Potosí en Bolivia que arde por los cuatro costados, el paseíto de Aznar por Melilla, la pelea de la Trini con Tomas por las primarias de Madrid, el pulso con los controladores aéreos, algunos atracos, muchos robos y poco más. No podemos decir que nuestro veranito haya sido aburrido, hemos reducido nuestro presupuesto de gasto y recortado un día o dos nuestro periodo de vacación, pero poco hemos notado en la calle la crisis económica y el desempleo del 20%. Las terrazas estaban llenas, las playas a reventar, en las fiestas no cabía ni un alfiler y hemos podido reír y recordar, principales ingredientes de nuestra felicidad. Los últimos días se están volviendo más amargos, sabiendo lo que nos espera en el otoño. Por eso tenemos que esforzarnos en disfrutar cada momento de los que quedan de vacaciones. Los culpables de la situación que vive el país están esperándonos para volver a insultar nuestra inteligencia con sus apariciones públicas y discursos vetustos, mientras nuestra ilusión, al no habernos tocado ni el oro de la cruz roja ni el cuponazo especial de la ONCE, es que esto cambie de una vez y podamos contar con representaciones políticas que necesitamos. Si no es así, tendremos que seguir sufriendo el malestar que ya llevamos acumulado.