lunes, 23 de agosto de 2010

NUEVE MESES DE SECUESTRO

Después de casi nueve meses de secuestro en el inhóspito desierto del Sahara, se ha producido la liberación de los dos cooperantes españoles Roque Pascual y Albert Villalta. Durante todo este periodo, nuestro gobierno no ha soltado prenda, llamando siempre a la responsabilidad y haciendo saber que se estaban realizando gestiones sin parar contando con un grupo de intermediación y el apoyo del CNI (Centro Nacional de Inteligencia) implicando a varios países en la odisea como Burkina Faso, Mauritania, Marruecos, Argelia, Senegal y el propio Malí. Posiblemente nunca lleguemos a saber cuáles han sido las condiciones para la liberación, a excepción de las que se han hecho públicas, como la entrega de Mauritania a Malí del terrorista Omar Ould Sidi Ahmed Ould Hamma, alias Omar Saharaui, quien después de haber sido condenado a doce años de prisión y sin haber recibido Mauritania ninguna petición de extradición por parte de Malí, es enviado a su país sin que pese sobre él ningún cargo alguno con la justicia. Todo parece apuntar que además de lo anterior se ha pagado un alto rescate en metálico por parte del gobierno de España, pero de eso no nos enteraremos nunca. El grupo terrorista AQMI, la rama magrebí de AL Qaeda, tiene entre sus funciones como prioritaria la captación de fondos para el terrorismo islámico y sus acciones de secuestro y extorsión para conseguir los mismos. Al menos, en la comisión correspondiente del Congreso de los Diputados, deberían de ponerse sobre la mesa todos los pormenores de la operación, para tener el alivio de que el grupo de diputados que pertenecen a la misma son conocedores de todo lo realizado para la obtención de la libertad de los dos cooperantes. Nueve meses viviendo secuestrados en el desierto es demasiado tiempo. Los cooperantes han sido trasladados de forma permanente de lugar para evitar su localización y las condiciones de alimentación, clima e inseguridad por sus vidas han debido hacerles mella en tan largo periodo. La experiencia debe ser asumida por las ONGDS que trabajan en la zona, tomar medidas de seguridad extrema y no aventurarse a las tradicionales caravanas solidarias por territorio inseguro, tanto para evitar lo ocurrido a Vilalta y Pascual, como por lo costoso de los procesos de negociación y liberación. Hemos de procurar no tener ni una sola baja en las acciones de cooperación solidaria. Habrá que buscar otros métodos para continuar con la obtención de resultados sin tener que pagar tan alto precio. Desearles a los dos cooperantes una recuperación en lo personal lo más pronta posible, que puedan recobrar su quehacer diario sin traumas provocados por su cautiverio. Y esperar del Gobierno Español que haya aprendido la lección y ponga medios preventivos para que estas cosas no ocurran y, de hacerlo, sea algo más rápido en su resolución. Bienvenidos a casa y el apoyo de los ciudadanos de este país, para los que han superado una prueba muy parecida a la ruleta rusa, en esta ocasión satisfactoriamente.

No hay comentarios: