sábado, 2 de octubre de 2010
ECUADOR.
Ocho muertos y 247 heridos es la cifra oficial definitiva que el gobierno de Rafael Corra ha comunicado después de los incidentes acecidos en Quito durante el jueves pasado. Se puede afirmar con rotundidad que el amotinamiento de la policía ecuatoriana pretendía cercenar el proceso democrático en el país, principalmente por los siguientes motivos:
1) El objetivo de la acción policial era detener al Presidente para obligarle a dejar sin efecto las modificaciones aprobadas por la Asamblea Nacional en relación a los aspectos salariales y beneficios que la Policía dejaría de percibir.
2) En el desarrollo de los hechos, la policía utilizó en todo momento material antidisturbios y fuego real, reteniendo al Presidente en el Hospital de la Policía hasta que este modificará los acuerdos de la Asamblea.
3) Algunos cientos de militares, especialmente de la fuerza aérea ecuatoriana, se sumaron de inmediato a la protesta, tomando el aeropuerto de Quito desde el mismo momento en que la policía salió a la calle, lo que da una idea de una coordinación programada de los hechos.
4) Tres coroneles de la policía que están al frente de la intentona, mantuvieron en secreto el alzamiento no informando del mismo a las distintas policías departamentales, las cuales se vieron sorprendidas por los hechos y no secundaron en su mayoría el movimiento. Esto, al final, jugó en su contra ya que las policías departamentales apoyaron al presidente en todo momento.
5) La intentona ha sido chapucera, torpe y mediocre, pues se consiguió engañar a gran parte de los agentes de policía que obedecían órdenes, indicándoles que el país se levantaría de inmediato, argumentos falaces y no acordes con el proceso democrático que vive el país.
De todas las condenas realizadas por los gobiernos latinoamericanos y el apoyo a Correa y al proceso democrático en Ecuador, creo que la que resulta más certera es la realizada por el presidente de Perú, Alán García, al indicar que tenemos que acabar de una vez en América Latina con algunos gorilas trasnochados que no se han dado cuenta de que estamos en el Siglo XXI.
A partir de eso, algunas lecturas sobre las consecuencias:
El proceso democrático en Ecuador y la figura del Presidente Rafael Correa han salido fortalecidas. Ciertos numeritos latinos, que desde aquí no entendemos muy bien, ayudarán a Correa a subir en popularidad extrema entre los ecuatorianos.
Los países latinoamericanos aprovecharán que el Guadalquivir pasa por Córdoba, para depurar a algunos elementos peligrosos que tienen en sus propias policías y ejército, para evitar males mayores.
A cuenta de prevenir nuevas intentonas el gobierno ecuatoriano no puede caer en la trampa de recortar libertades públicas ni de opinión, manteniendo intacto el cumplimiento de la carta magna en este sentido.
Los países latinoamericanos deben arroparse más, como una piña, en defensa de sus órdenes constitucionales. De ahí vendrá un reforzamiento de UNASUR y de las alianzas subregionales.
Quizás lo más importante, el proceso democrático en Ecuador se consolida (tipo 23F español) saliendo reforzado de los hechos del jueves.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario