sábado, 23 de octubre de 2010
EL RESTO DE ZP.
Cual jugador de póker desesperado, Zapatero ha apostado el resto en la última partida ante la cuenta atrás de las generales. El cambio de ministros y ministras, así como la desaparición de algunos/as, con una apuesta claramente política y partidaria, nos hacen vislumbrar la intencionalidad de mantener la presencia socialista a toda costa. Las reformas en marcha y las que faltan por realizar (la más importante la reforma de las jubilaciones) contarán con experimentados portavoces para “venderlas” a la población.
Juega Zapatero la última partida con algunas cartas muy buenas para ligar jugada: en primer lugar, la carta del “peor imposible”. Es decir, el cambio de gobierno se produce cuando los indicadores económicos, de desempleo, crecimiento, deuda, etc., están bajo mínimos, esperando que en los próximos meses comiencen a cambiar. Quemar al anterior gobierno (serán identificados como los malos de la película) y dejar el camino abierto al nuevo apareciendo como los productores de las mejoras.
La segunda carta que tiene (ésta guardada en la manga), es la posible disolución de ETA en un proceso que puede aparecer a corto plazo. No la puede poner en juego aún porque no se fía de los separatistas terroristas, pero sabe que la tiene e incluso piensa que puede hacerle ganar la partida final.
La tercera carta con la que cuenta es la pésima oposición y macabro perfil de alternancia que le ofrece el PP. A pesar de que la encuestas aseguren un triunfo popular en las elecciones generales mucho lloverá hasta entonces y es posible que Rajoy y los suyos continúe cometiendo errores tan de bulto que esta carta le sea favorable a ZP.
Cuenta con dos cartas de las que habrá de desprenderse. Una, la historia, que dice que la psicología ciudadana identifica claramente a aquellos que se lo hicieron pasar mal y que no olvida fácilmente las estrecheces o desgracias. Ni Churchill consiguió ganar las elecciones después de ganar la guerra, porque era identificado como el gobernante que estaba detrás del dolor inglés. La segunda carta, incontrolada, es lo que puedan hacer partidos como el de Rosa Díez, que cada vez va ganando más adeptos y votantes (al menos en las encuestas) y que se presenta como una alternativa consistente a la hegemonía trasnochada que nos ha tocado vivir en la política española. A pesar de ser ninguneada por los medios de comunicación la apuesta de UPYD seduce a unos por hartazgo de lo que hay y que no quieren ni a PSOE ni a PP, y a otros porque están oliendo perfumes frescos en esto de regenerar la vida democrática de nuestro país.
La estrategia del PSOE con el nuevo gobierno busca remontar todo lo que se pueda y que en caso de perder las elecciones de marzo 2012, el resultado sea lo menos escandaloso posible, es decir, evitar la caída al abismo. Mucho han de espabilarse para obtener unos resultados excelentes en esta última fase de la partida país. De momento la partida se ha puesto un poco más interesante.
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