lunes, 20 de diciembre de 2010

RUBALCABA VS BONO.

El Partido Socialista realizó su modificación de gobierno con una doble intención. Por un lado, dar un respiro a la pérdida de credibilidad del mismo, con gente nueva, aire fresco que rompiera la dinámica de crítica y caída desenfrenada; y, por otro, lanzar su apuesta de cartel electoral de Rubalcaba como candidato a la presidencia. La acumulación de cargos en el gobierno no sólo lo presentan como el super ministro, sino que está gestionando una agenda de trabajo nacional e internacional dos veces superior a la del propio presidente. Manteniendo a Chacón en la reserva para futuras contiendas electorales, el partido, o más bien ZP, ya han decidido que Rubalcaba sea la persona elegida para afrontar el batacazo electoral del PSOE en las próximas elecciones generales. La premisa de la elección es que, sabiendo de antemano que será un desastre, se procure que la bofetada sea lo menos dolorosa posible, es decir, que no se pierdan demasiados votos. De ahí que se hayan decantado por la persona más valorada del actual gobierno. Sin embargo, Zapatero se encontrará con que José Bono, que está presidiendo la cámara como catapulta, va a plantear de nuevo la batalla por la candidatura a la presidencia. Lo hará después de habérsela disputado al propio ZP anteriormente, su retiro coyuntural, su posterior reaparición y dejando claro que se siente absolutamente legitimado para aspirar a ese necesario recambio que el partido necesita. En las filas socialistas, como es lógico en tiempos de anunciadas travesías del desierto y con un partido descabezado, se han abierto las luchas intestinas para determinar quién será el candidato que finalmente asuma la “renovación” del PSOE. Carmen Chacón no se quiere quemar en esta etapa y se ha decidido que es preferible que se curta un poco más antes de colocarla en la primera línea como cabeza del partido. Pepe Blanco ya está quemado electoralmente hablando y su candidatura sería aplastada sin compasión. Así que Rubalcaba y Bono empezarán a disputarse el hueco que dejará libre Zapatero, iniciando el debate interno de los socialistas en los próximos meses. Rubalcaba tiene todos los puntos a su favor, pues en la tarea de oposición que le espera tiene buena imagen y verborrea para vapulear y desgastar a un Rajoy anodino que tendrá muchos retos que afrontar en su mandato. Bono, con su pugna interna, conseguirá permanecer en el candelero como estrategia para el Congreso del partido, donde dará la batalla definitiva. Mientras el país se hunde en la miseria, los socialistas estarán entretenidos en sus peleas sucesorias y el PP se frota las manos viendo desfilar el cadáver de su adversario. Necesitamos nuevos políticos que hagan regeneración democrática y que coloquen la política al servicio de los ciudadanos, recuperando su prestigio. Ese debería ser el gran reto y que espero sea cubierto por nuevos partidos y nuevas ideas que saquen a los actuales del estancamiento al que han llevado a nuestra democracia.

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