miércoles, 1 de diciembre de 2010

WIKILEAKS

Más de 250.000 documentos filtrados del Departamento de Estado de los EE.UU. por Wikileaks, ponen en evidencia lo que muchos hemos denunciado en innumerables ocasiones: “no estamos solos, alguien nos espía”. El control ejercido por los servicios secretos gubernamentales de los distintos estados sobre las instituciones y sobre las personas, no es una cuestión que quedara en baja intensidad después de la guerra fría, sino que se ha ido perfeccionando y adaptando a los nuevos tiempos hasta conseguir niveles insospechados. Además de ello, existen otros servicios secretos dentro de las grandes empresas multinacionales, farmacéuticas, petroleras, de investigación, armamentísticas, transportes, minerales, materias primas, etc., que crean toda una trama de vigilancia sin control que incluye la desestabilización y el daño al adversario. Que todos somos vigilados y observados no es ninguna novedad, bien por la telefonía móvil o fija, por internet, bien en nuestras apariciones públicas o en lo que escribimos. La novedad que nos ofrece Wikileaks es que ya no tenemos que esperar 25 años a que se levanten los secretos de estado para conocer los teje manejes de la poderosa administración norteamericana: cómo conciben el mundo, qué investigaciones hacen, cómo presionan a los estados y a las instituciones de los mismos para su propio beneficio, qué pasos dan para conseguir sus objetivos. Eso es lo realmente innovador, que hayamos podido conocer casi en tiempo real los documentos filtrados de la guerra en Irak y Afganistán en un primer momento, ahora los informes de miles de documentos de la investigación internacional y de acciones de la diplomacia estadounidense y, próximamente, los documentos filtrados sobre la actuación de la banca y las instituciones financieras internacionales, que amenazan con ser toda una bomba y que pueden traer consecuencias de calado. La acción de esta organización pone al descubierto las bajezas de los ordenantes y nos sitúa al resto de los mortales como sujetos a observar, a manipular en beneficio propio. Quien gane la guerra de las nuevas tecnologías de la información y controle el espacio de las comunicaciones será el dueño del mundo. De ahí la importancia de desenmascarar este tipo de acciones, sean gubernamentales, empresariales, financieras o simplemente preventivas entre firmas, grupos sociales o partidos políticos. El hecho de que contemos con la posibilidad de conocer en qué están los servicios secretos y cómo interactúan para seguir controlando nuestras vidas es un asunto muy importante. Así que Wikileaks nos ha devuelto un gramito de esperanza en esto de intentar ser más libres, accediendo y trasladando a la opinión pública una información aparentemente secreta, dándonos herramientas para reconsiderar en qué mundo vivimos, quién maneja los hilos y para qué. Quien tiene la información tiene el poder y cuanto más socializada esté la misma más global será la sensación humana de pertenencia y capacidad de modificación. Esa es la mayor virtud de Wikileaks.

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