jueves, 31 de marzo de 2011

GRIÑÁN, TIRA LA TOALLA.

El asunto de los “eres” le está pasando factura al gobierno andaluz, como no podía ser de otra forma, por su mala gestión de las crisis económicas y de las ayudas a empresas. Dentro del Partido Socialista de Andalucía están intentando esquivar los torpedos de flotación que se les lanzan desde todos lados con la consigna del “sálvese quien pueda”, mientras el capitán del barco (de momento) se mantiene dando la cara, dejando que se la partan, para concentrar el escándalo y dejar impoluto el puesto para él o la que venga detrás. No obstante, siendo grave el asunto, la verdad es que mucho más importante considero la pésima gestión de los socialistas en estos tres últimos años de gobierno en Andalucía. Y el problema les viene de antaño. 30 años en el gobierno andaluz les ha llevado, inexcusablemente, a confundir el partido con la Junta de Andalucía, de tal forma que no saben distinguir cuando empieza uno y cuanto termina el otro. Ese ha sido el problema fundamental que ha afectado los destinos de nuestra comunidad. Cuando se ha manejado la estructura de gobierno como un auténtico cortijo del partido, colocado a todos sus cuadros y sumado al partido a multitud de personas con puestos de trabajo de confianza, con un sinfín de prebendas internas para sostener el partido y controlar el mismo en sus congresos, el resultado obvio del desatino es confundir las churras con las merinas. Y de esa concepción cortijera es de donde proceden todos los males de nuestra administración autonómica, permitiéndose el lujo de hacer y deshacer, de gastar en nuestros mejores momentos, sin tener una planificación seria del crecimiento a medio y largo plazo de nuestra economía, dejándose llevar por los coches oficiales y las alfombras rojas. Griñán asumió, como heredero de Chaves, el cortijo montado. Ha visto y comprobado por dentro cuánto daño se ha podido hacer al desarrollo de la autonomía andaluza, pero ha callado y optado por continuar, a sabiendas de que le toca ser el último en abandonar el barco y hundirse con él. Ahora se debaten a nivel interno sobre quién se presentará a las próximas elecciones andaluzas, que todo parece apuntar se celebrarán en otoño, entre las figuras de dos mujeres: o Mar Moreno (heredera de Gaspar Zarrias auténtico cerebrito del cortijo) o Rosa Aguilar, recién llegada al partido, no contaminada por los capataces ni feudos provinciales del mismo. Se anuncia una pelea seria sobre el asunto de sucesión, pero lo que parece bastante claro es que Griñán ha arrojado la toalla y que no pondrá su cara para encabezar la derrota histórica de los socialistas en Andalucía.

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