viernes, 19 de marzo de 2010
II CONFERENCIA DE DONANTES PARA HAITÍ
El próximo 31 de marzo tiene previsto realizarse la II Conferencia de países donantes para la Reconstrucción de Haití. La primera se celebró en la ciudad canadiense de Montreal a finales de enero y se ocupó, básicamente, de la coordinación necesaria para afrontar las tareas urgentes de emergencia. En esta II Conferencia se pretende concretar la creación de un fondo especial para la reconstrucción del país devastado por el terremoto del doce de enero pasado.
Aunque la fase de emergencias y ayuda humanitaria se alargará durante seis meses (hasta Junio), es obvio que aún queda demasiado por hacer para conseguir una ayuda eficaz y que llegue a toda la población necesitada. Se están mejorando los niveles de coordinación precisos para ello, pero las necesidades son muchas y empieza a preocupar que cientos de miles de haitianos aún no encuentren un sistema claro de cómo recibir una ayuda continuada que resuelva las cuestiones fundamentales ocasionadas por la tragedia.
De estos aspectos también se hablará en la II Conferencia que tiene previsto realizarse en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Sin embargo, el punto focal de este encuentro será perfilar las líneas generales y estratégicas del Plan de Reconstrucción de Haití. Los cálculos estimados de inversión necesaria rondan los 11.500 millones de dólares en los próximos cinco años, periodo que se ha fijado para la fase de reconstrucción. Los países donantes deberán concretar cuáles serán sus aportes y los plazos en que se harán efectivos los pagos. Pero lo más importante a definir será el mecanismo que los países donantes proponen para la administración de los fondos para la reconstrucción.
Es necesaria una administración compartida de los mismos con el gobierno haitiano, de tal forma que la transparencia en la ejecución de los mismos esté garantizada. Así mismo, cobra especial importancia el poder definir de forma conjunta una estrategia global del periodo de reconstrucción que deje claro hacia dónde vamos y dónde queremos llegar, qué fotografía tendremos después del periodo que se iniciará en julio de este año y culminará en junio de 2015. Y no menos importante, deberá señalar cuáles son las prioridades dentro de ese plan estratégico, es decir, saber por dónde empezamos y cuáles son las acciones que vienen a continuación.
Nos preocuparía mucho que los países donantes no asumieran el compromiso de fijar las cantidades a aportar y los plazos para desembolsarlas, pero sería más grave que no encontraran una fórmula eficaz de seguimiento y administración compartida en la línea señalada. Confiemos en el buen hacer de la comunidad internacional para que este apoyo no se convierta en una chapuza.
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