domingo, 28 de marzo de 2010

UN FRANCO, 14 PESETAS.

Los españoles en general y los andaluces en particular, huyeron masivamente en busca de posibilidades económicas cuando la situación en el país era extremadamente dura. Europa fue uno de nuestros principales destinos: Alemania, Suiza, Francia (que además se abarrotaba de mano de obra andaluza en las vendimias); aunque muchos también optaron por el nuevo mundo y decidieron emigrar a Argentina, Venezuela, Cuba y otros países de lengua hispana. Otros se quedaron en territorio español y migraron a Cataluña, País Vasco o Madrid. En todos los destinos donde nos diseminamos se apoyo el crecimiento económico de las distintas zonas y con el tiempo muchísimos de los que salieron regresaron. Fue una época muy dura, muy difícil, pero realmente supuso una válvula de escape a la situación extrema en que se encontraba la maltrecha economía de cientos de miles de familias andaluzas y millones de españolas. La crisis que golpea hoy día las economías europeas no permite que vuelva a repetirse tal salida, ya que afecta globalmente a los anteriores países y regiones receptoras, con lo cual, toca esperar a que mejoren las condiciones. Pero ello implica un ajuste económico en las cuentas familiares que se va estrechando cada vez más y obliga a sus miembros a pasar realmente calamidades. En Andalucía estamos rozando el millón de parados y cada vez son más las familias donde ningún miembro trabaja. Los subsidios estatales alcanzan por los pelos para mantener la canasta básica, pero las deudas acumuladas y los consumos fijos de luz, agua, teléfono, etc., comienzan a ser un verdadero calvario que provoca en las familias un desasosiego galopante. Nuestra economía siempre ha estado mal planificada y siempre lo hemos sabido. No es nuevo el asunto. Lo grave es que nunca se pusieron en marcha medidas preventivas ni de diversificación económica que permitieran hacer frente a situaciones de crisis como la que estamos viviendo. Los crecimientos tienen que ser mucho más sostenibles y lentos en el tiempo, de tal forma que permitan la consolidación tanto de los sistemas de producción como de los de consumo, consiguiendo que la balanza entre ambos se encuentre lo más compensada posible. Esto, que es de primero de económicas, nuestros políticos se lo saltaron a la torera y sólo se preocuparon de gastar sin prever los malos tiempos. Seguimos sin tener un plan estratégico a corto, medio y largo plazo que nos indique las medidas a aplicar para transformar esta realidad. Los políticos actuales no saben, no quieren o no pueden ponerse de acuerdo, cuando realmente no es tan difícil. Cualquier empresa internacional o grupo de empresas tiene diseñado su plan de crecimiento e inversiones y las estrategias a seguir. Nuestro gobierno no lo tiene y por ello las posibles inversiones externas, las de capital español y la decisión de inversión de pequeñas y medianas empresas, está absolutamente paralizada. Hoy no podemos irnos fuera porque la situación en otros países no dista demasiado de la nuestra, quizás los que deberían irse son nuestros gobernantes.

1 comentario:

Jose Carlos Navarro dijo...

Paco, yo fui uno de esos hijos de emigrantes españoles, naci en Bochum ( Alemania ) y cuando solo tenia 3 años parte de mi familia volvio a España cuando el resto se quedó para seguir luchando por un futuro mejor. Solo decirte que la situación se vuelve a repetir, no es cierto que Alemania y Francia o Inglaterra no puedan absorver mano de obra española porque ya hay muchos casos en Andalucia de compañeros de mi edad que estan emigrando al resto del paises de la Unión. Yo lo llamo "fuga de cerebros" porque son mano de obra cualificada de la generación del 75 que no encuentran su sitio aquí. Creo que esto es mucho más grave aun ya que no solo no encuentra trabajo la mano de obra no cualificada que tambien marcha a Francia a las campañas de vendimia sino la muy cualificada, que hace que perdamos competitividad con el resto de paises de la union.