domingo, 21 de noviembre de 2010

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO.

63 mujeres asesinadas a manos de sus ex parejas es una cifra escalofriante. 63 mujeres de variada edad, muchas de ellas jóvenes, lo cual viene a indicarnos que se imitan también conductas asociales de los mayores en estos casos. Un mal contra el que no dan resultado las innumerables campañas de gobiernos, ni tarjetas rojas, ni penas más duras. ¿Qué está pasando en nuestro país con la violencia de género? Sin duda el mantenimiento de los status de poder que el hombre ha ostentado durante siglos, su rémora, la creencia del aquí mando yo o el triste argumento de “la maté porque era mía”, mentes desestructuradas que reafirman su ser con el “o para mí o para nadie”. Los trasfondos de cada uno de los casos se recogen en las anteriores casuísticas y en el fondo de todos ellos la violencia, la afirmación del poder sobre la otra persona, la capacidad humana de quitar una vida a su antojo. Tenemos que salir a las calles en protesta contra la violencia machista de género, tenemos que alzar la voz una y mil veces, hasta que todos nos enteremos. No podemos permitir que esta lacra, que se viene convirtiendo en una costumbre por habitual, continúe acechando a nuestras mujeres, a sus hijos, víctimas también directas de la misma violencia, a sus familias que ven rotas sus vidas por hechos tan lamentables. Es cierto que las autoridades nacionales, regionales y municipales tienen que tomar carta en el asunto, así como la justicia endureciendo aún más las penas. Pero además de las campañas de concienciación y las penas, la sociedad debe contar con resortes que provoquen un cambio en esta tristísima realidad. Más pisos de acogida, incorporación al empleo con prioridad a las mujeres maltratadas que han tenido que abandonar para esconderse de su maltratador sus lugares habituales de residencia. Más educación, prevención y denuncia. Más rapidez en las actuaciones policiales con un sistema de alerta rápida con el que podrían contar con toda la ciudadanía como informadores al más mínimo atisbo de maltrato. No cejar en la persecución del delincuente, no abandonar su búsqueda por mucho tiempo que haya pasado del hecho. Una sociedad que pretende ser libre, moderna y democrática, no puede contar con estos niveles de salvajismo que nos comparan con países muy atrasados. Algo está pasando en nuestra sociedad para que las cifras de muertas por violencia machista crezcan a estos niveles. Los hombres también hemos de salir a manifestarnos a las calles, junto a las mujeres, porque esté problema lo causan los hombres. Una lacra que cada año consigue definirnos como una sociedad imperfecta y que disminuye nuestro sentimiento de felicidad. Más que nunca hay que considerar el hecho como un problema de toda la sociedad por más que intenten retrotraerlo a casos particulares que se dan entre parejas y no podemos limitarnos a quejarnos en nuestras casas cuando nos dan la noticia por televisión. Por eso el día 25 N las calles deben llenarse de hombres y mujeres para gritar ¡Basta Ya¡ como repulsa social a estos hechos.

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