lunes, 22 de noviembre de 2010

GLOCAL

Pensar globalmente para actuar a nivel local es lo que resume el término GLOCAL. Los representantes en las instituciones municipales deben tener un análisis holístico de la situación internacional, de los grandes problemas que afectan al planeta y a la humanidad, para poder traducir en políticas locales acciones que influyan en dichos problemas, ya que lo global no es ajeno a la ciudadanía de un determinado municipio sino que sus habitantes forman parte de lo global. De ahí que sorprenda sobremanera que concejales y alcaldes echen balones fuera cuando se les cuestiona sobre temas tan fundamentales como el cambio climático, la crisis económica, el paro, la solidaridad, etc., como si quisieran mirar para otro lado, encasquetando el problema a las instituciones mayores, sea la comunidad autónoma, el gobierno central, la Unión Europea o la ONU. La propuesta GLOCAL, impulsada por Naciones Unidas para actuar en el desarrollo humano integral desde los municipios en todo el mundo, debe forma parte de la concepción misma del trabajo desde los ayuntamientos. Así, planificar un desarrollo armónico entre lo económico y el medio ambiente, el aplicar políticas que mejoren las condiciones de vida de sus ciudadanos tanto en lo social, político, cultural y educacional, como en un urbanismo sostenible, zonas de esparcimiento, minorías sociales e integración, nos darán una imagen del político municipal que realmente necesitamos. Lamentablemente las experiencias actuales nos indican que en los Ayuntamientos, más aún en los de capital de provincia o mayores de 100.000 habitantes, se vive obsesionado exclusivamente con la prestación de los servicios básicos a los ciudadanos, obviando toda la capacidad de intervención para el cambio que pudiera convertir la estructura municipal en un agente imprescindible en la aplicación de políticas globales. De ahí que los perfiles personales y políticos que tienen los concejales y alcaldes sean muy bajos, ya que se limitan a la prestación de servicios y tienen un escaso interés en modificar las circunstancias que se dan en su municipio refugiándose en lo meramente relacionado con la gestión política. Para colmo de males se utiliza la representación en las corporaciones municipales para enfrentarse a los partidos adversarios, sea a nivel de provincia, de comunidad autónoma o de gobierno central. Esto es lo que los ciudadanos deberían ir valorando de cara a las próximas elecciones de mayo del año próximo y hacerse algunas preguntas de fondo a la hora de su decisión sobre el voto. ¿Se preocuparán de bienestar de los ciudadanos del municipio?, ¿Abordarán los problemas reales que tienen el vecindario?, ¿Planificarán lo necesario para promover el desarrollo humano de nuestra ciudad?, ¿Tendrán capacidad analítica y la suficiente libertad para cumplir estos roles? ¿Apoyarán siempre aquello que sea beneficioso para la ciudad o mantendrán la posición que les dicte su partido? Poco a poco tenemos que ser los ciudadanos los que orientemos la política que realmente queremos y huir de fundamentalismos partidarios que no benefician a nadie.

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