sábado, 27 de noviembre de 2010
XX CUMBRE IBEROAMERICANA
Los próximos 3 y 4 de Diciembre se celebrará en la ciudad de Mar del Plata (Argentina) la XX Cumbre iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno con el tema principal de la Educación para la Inclusión Social. El lugar elegido tiene un componente simbólico, pues hace 20 años se celebró también en Mar de Plata el primer encuentro iberoamericano. Todos los Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno han confirmado su asistencia a la cita anual, donde además del tema principal se abordan otras cuestiones de relaciones bilaterales, de integración regional y se analizará la situación internacional.
Hablar hoy de Educación para la Inclusión Social en América Latina, según datos de UNICEF, debe partir del hecho de que actualmente 4,2 millones de niños y niñas no asisten a la escuela y que la brecha se acentúa en la educación secundaria, donde sólo un 20% del alumnado procede de las capas más pobres de la población, mientras que el 60% pertenece a las clases más pudientes. Dentro de las cifras globales, uno de los grupos que resulta principalmente como excluidos es el de los pueblos indígenas y los afrodescendientes constituyendo un 30% de la población en la región, y que presentan los mayores índices de exclusión en la educación en todos sus niveles, siendo muy elevada su ausencia del nivel universitario. Las niñas sufren en este sector de población mayor exclusión. También hay que destacar que sólo el 25% de los niños y niñas con discapacidad asisten a la escuela y obviamente se encuentra totalmente cerrada a otros grupos como VIH-SIDA.
Por su parte, los gobiernos locales iberoamericanos, que han celebrado un encuentro la semana pasada en el mismo lugar donde se celebrará la XX Cumbre, han acordado una serie de puntos que formarán el esqueleto de los acuerdos de los Jefes de Estado y de Gobierno: 1- Promover el compromiso de todos los sectores sociales en el reconocimiento de que la educación es un bien público y un derecho social que debe ser protegido y garantizado por todos los Estados iberoamericanos, ratificando, en dicho compromiso, que el acceso equitativo y oportuno a una educación de calidad es esencial para toda sociedad. 2 - Asumir el desafío de la inclusión social de nuestras comunidades solicitando la implementación de estrategias educativas que contemplen la participación de los distintos sectores de la comunidad, la flexibilidad de los sistemas educativos, el incremento de la inversión en educación, así como la capacitación de los jóvenes de nuestras comunidades para afrontar su incorporación al mundo del trabajo, de la ciudadanía y de la convivencia humana, respetando la diversidad cultural, étnica y de género. 3 - Impulsar en nuestras comunidades, y con la participación de las mismas, acciones tendientes a terminar con la deserción escolar y garantizar la educación para todos. 4 - Dedicar especial atención a que los sectores más desprotegidos de nuestras comunidades locales sean objeto de las políticas universales de inclusión educativa y de asignación de recursos. 5.- Respaldar las políticas educativas que se fundamenten en la educación en valores que contemplen la solidaridad, la paz, el ejercicio de la sexualidad responsable, el respeto a los derechos humanos y la formación democrática para que cada niño, niña y joven despliegue su potencial intelectual, emocional y social.
Cualquiera que fuera el documento firmado por los participantes en la Cumbre, que no será muy distinto de lo señalado arriba, dentro del análisis a realizar no debe quedar de lado la necesidad de acabar con la discriminación por género, raza y status social que aún se vive en Iberoamérica. Unido a ello, hablar de Inclusión Social es hablar de Justicia Social, es decir, no basta con que nos planteemos la inclusión en la educación sino de poner en valor nuestras sociedades para que en los aspectos relacionados con el mundo laboral, social, cultural y político se produzcan de igual forma dicha integración.
Aunque las celebraciones de las cumbres iberoamericanas ya vienen cansando a propios y a extraños debemos entender la necesidad de llegar a acuerdos comunes en toda una serie de materias que ayuden a mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos y consigan acortar las distancias entre las poblaciones. Se hace necesario alcanzar acuerdos y posiciones comunes que luego se cumplan y sean llevadas a la práctica, de lo contrario el cansancio se convertirá en manifiesto desinterés por parte de la opinión pública iberoamericana hacia este tipo de cumbres.
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