sábado, 26 de febrero de 2011

EL PETRÓLEO

Que el oro negro sigue gobernando el mundo no es ninguna novedad. Desde que fuera perforado el primer pozo en Pensilvania, Estados Unidos, en 1859, y consolidado su uso con la aparición de los motores a combustión refinando la gasolina, la posesión del preciado líquido ha estado presente en nuestras vidas y condicionando la economía y la política internacional. Sobre la fecha en que se terminará el petróleo hay diversas teorías, pero las más optimistas no le dan más de 50 años, y las pesimistas calculan que nos quedan 20 años de líquido fósil. La planificación geoestratégica del control mundial ha venido marcada, desde la aplicación industrial y de locomoción del petróleo, por asegurarse el suministro del crudo, garantizar las reservas necesarias y contar con amistades (aunque fueran peligrosas) con los principales productores. Guerras, presiones, espionajes, sabotajes, golpes de estado, movilizaciones y conflictos, han sido utilizadas sin ningún miramiento para ganarse la posibilidad de las reservas. Así, en la actualidad, la posesión de petróleo sigue estando en el epicentro de la política internacional y ha provocado que se produjeran contradicciones entre los convencimientos éticos y avances sociales de los países occidentales, con el apoyo descarado a determinados personajes que se hicieron con el poder en sus países mediante golpes de estado o que mantienen unas dinastías sucesorias alejadas de cualquier atisbo democrático. Que la guerra en Irak estuvo motivada por el petróleo lo reconocen hasta los que la declararon, porque no se encontraron armas de destrucción masiva ni nada de lo que argumentaron. Que la fuerza del petróleo mantiene a Venezuela y Ecuador en el escenario mundial como un mírame y no me toques, también. Y, sobre todo, el petróleo está detrás de los terribles conflictos que se están dando en Libia y otros países árabes. No en vano Gaddafi hizo su última aparición con una pistola en una mano y una manguera de gasolina en la otra. Lo que realmente no alcanzo a comprender (por desconocimiento) es cuáles son los avances tecnológicos que necesitamos para encontrar el sustitutivo del petróleo en la investigación, no sólo ya porque se terminen sus existencias sino porque además resulta altamente contaminante y pone en peligro la estabilidad del planeta con las emisiones tóxicas que produce. Entiendo que debe existir un pacto secreto a nivel internacional para continuar con la dependencia del petróleo, ya que aún aparecen como cuestiones sin explorar definitivamente las del biodiesel, el bioetanol, vehículos híbridos, bioplástico y energías mucho más limpias y renovables que harían que tuviésemos un planeta más sano. Los científicos que estudian el asunto se quejan de que la inversión en la investigación es tan tibia que tardarían decenios en encontrar soluciones reales como alternativa total al petróleo, y de que priman más los intereses de los fabricantes de vehículos de tracción mecánica y de los países productores que la necesidad de cambios en el combustible a utilizar. Mientras a nivel mundial no se decida dar un paso firme por el cambio, seguiremos soportando la contaminación masiva y la inestabilidad mundial, guerras y conflictos armados, motivados por el petróleo y su posesión.

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