domingo, 23 de enero de 2011

FIN DE SEMANA

Este fin de semana han coincidido varios encuentros que merece la pena resaltar para incluir en el análisis permanente de por dónde va la realidad de Andalucía. Para mí, el más importante ha sido la nueva movilización en Sevilla de los funcionarios andaluces contra el decretazo que intentar incluir como nuevo personal de la administración de la Junta a más de 20.000 personas por la cara. Varios sindicatos, partidos y asociaciones se han sumado a la protesta y más de 40.000 personas han dejado claro que no están dispuestos a consentir este atropello a lo que tanto trabajo ha costado ir consolidando para tener un referente de una administración pública sana y sin enchufismos partidarios. Coincidía en Sevilla la llamada Convención Popular, hecho que ha servido a la portavoz del gobierno andaluz, Mar Moreno, para señalar la desafortunada coincidencia de la manifestación anterior con la convención. No se quieren enterar que lo desafortunado es el dichoso decreto y continúan intentando sembrar sospechas sobre los movimientos y protestas del personal. Lastima de aquellos que pretenden quedarse viendo los árboles lo que les impide ver el bosque. Tan nerviosa estaba la portavoz por el tremendo éxito de la manifestación que declaró a los medios que los convocantes no habían elegido bien ni el día ni la fecha, términos que significan exactamente lo mismo, pero es lo que tenemos un altísimo nivel de propaganda política y una tremenda escasez de elocuencia. Lo de los populares es más de lo mismo: puesta en escena de lo buenos que son y de lo sobradamente preparados que están para gobernar este país y Andalucía. Otros que no se enteran de que son los ciudadanos los que elegimos a nuestros gobernantes y no las encuestas de sigma dos o de Gallup. Desoyen la parte de las mismas que no les gusta ni en pintura y es que los electores no quieren ni a Zapatero ni a Rajoy, ni a Griñán ni a Arenas. Veremos cómo se traduce ese dato el día de la verdad en las urnas. Así que mucha fanfarria con intervenciones de todos los palos (para que todo el mundo se sienta representado) desde su centro derecha de Gallardón hasta su extrema derecha de Mayor Oreja, pasando por el incombustible Aznar que ha decidido apoyar a Rajoy por lo que pueda pasar. Un poco más lejos, en la capital del reino, el Partido Socialista apagaba los fuegos en su ejecutiva nacional, donde algunas voces pedían freno a las reformas para no perder más votos y apoyos, quedando la demanda de Griñán sobre la negociación de la Política Agraria Común (PAC) absolutamente al margen, volviéndose para Sevilla sin nada que ofrecer de la reunión madrileña. Y es que esas cosas, Pepe, hay que negociarlas presionando al Gobierno y no a una ejecutiva del partido. Pero como no se enteran y confunden lo institucional con lo partidario, así les va. Al menos le ha servido para darse una vuelta por FITUR y tomarse unas tapas para apoyar el turismo andaluz. Bien Pepe. Bien.

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