domingo, 10 de abril de 2011

ADELANTAR LAS ELECCIONES ANDALUZAS

Andalucía se encuentra en una encrucijada sin precedentes, motivada por los escándalos de los ERES, la pésima gestión de los servicios públicos desde la Junta y la ruptura interna de un partido que ha gobernado la comunidad durante treinta años en base a la prebenda interna y el clientelismo político. La población andaluza ha perdido la confianza tanto en el partido socialista como en el partido popular. Hacia los primeros por su ineficacia en las políticas económicas y sociales en la región, su nula capacidad de previsión y el alejamiento continuado de la clase política de los ciudadanos. Desconfianza hacia el partido popular porque nunca ha hecho nada por Andalucía, limitándose siempre a presentarla como un posible bastión del cambio en el país que ofrecer a los órganos de calle Génova, sin una sola idea que pueda resolver los problemas que hoy tenemos los andaluces. Agotar esta legislatura un día más parece un despropósito, ya que la interinidad de Griñán, el escaso apoyo que cuenta dentro de su partido y los malos resultados económicos y del desempleo, colocan a Andalucía en una situación de “año perdido”, si los gobernantes deciden esperar hasta el 4 de marzo 2012. En la comunidad necesitamos un nuevo planteamiento de la gestión de lo público, limpiar desde dentro la institución y garantizar un plan de desarrollo económico a corto, medio y largo plazo, que hagan de Andalucía una punta de lanza para la salida de crisis en el país. Con más de un millón doscientos mil parados, y el 45% de la juventud sin empleo, no podemos seguir manteniendo las mismas políticas económicas. Y este revulsivo no puede venir de los que se sitúan en claves internas de sus partidos sin gobernar para la ciudadanía. Andalucía no es un trofeo a ganar sino 8 millones de habitantes que precisan de una hoja de ruta para romper definitivamente con la situación de presión en que viven cientos de miles de familias. Una población que tiene derecho a contar con la mejor calidad en la prestación de los servicios públicos y que desea ser gobernada con transparencia, equidad y justicia. Aferrarse al poder por el poder y jugar al quítate tú para ponerme yo, no es lo que Andalucía necesita. Una vez descubierta las malas prácticas en el partido socialista y la escasez de ideas y propuestas en el partido popular, nos queda la esperanza de apoyar nuevas iniciativas, más pegadas a los ciudadanos y más alejadas de los partidos tradicionales. Por eso la apuesta por Unión, Progreso y Democracia, como alternativa seria en Andalucía, está cuajando poco a poco y comienza a ser de las más valoradas entre las opciones para posibilitar el cambio, representar a los ciudadanos y no al partido, y hacer viable otra forma de hacer política donde la transparencia y la buena gestión sean las únicas directrices.

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