jueves, 28 de abril de 2011

DOBLE RASERO CON EL SAHARA

Mediante la resolución 1979 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha ampliado la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO) por el periodo de un año hasta el 30 de abril de 2012. Contrariamente a las demandas que le habían sido realizadas por distintos países (entre ellos no estaba España) para incluir en esta nueva resolución del mandato de la MINURSO la vigilancia y control sobre el respeto a los Derechos Humanos, el Consejo se ha lavado las manos como Pilatos y ha preferido correr un tupido velo sobre el asunto para reforzar los posicionamientos de Marruecos, que cuenta con el apoyo de Francia y Estados Unidos en la cuestión del Sahara. Mientras en el resto de países del Norte de África se mira con lupa y vigilan el control sobre el cumplimiento y respeto de los derechos humanos, ha quedado de manifiesto que en el caso saharaui estos derechos pueden continuar siendo vulnerados por el reino alauita. Desde 1991, con el alto el fuego, la MINURSO vigila las condiciones de cumplimiento del mismo y se pretendía que después de las evidentes y permanentes violaciones por parte de Marruecos, pudiera asumir la vigilancia sobre los derechos humanos fundamentales. De nuevo la comunidad internacional pone de manifiesto que tiene distintas varas para medir los conflictos y que no es para nada ecuánime a la hora de hacer respetar la carta de las Naciones Unidas. Con semejantes muestras de debilidad ante los intereses de Marruecos y sus aliados occidentales, lo que está provocando y obteniendo el Consejo es el descrédito de su cometido, dando a entender lo que muchos ya sospechábamos de un funcionamiento de compra – venta, de mercadeo, de alianzas interesadas, muy lejos de hacerse respetar internacionalmente como un órgano garante de las libertades individuales y comunitarias. De continuar la violación de los derechos humanos contra los saharauis en los territorios ocupados no sólo Marruecos tendrá que dar cuenta, sino ahora también el propio Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como cómplice de esas violaciones, por no asumir su control. Activistas saharauis están confinados en sus domicilios, otros en cárceles marroquíes sin juicio, incluso otros en paradero desconocido, pero eso no parece importarle a la ONU. Por suerte, toda una red cibernética nos hace conocer en tiempo real las constantes violaciones que se dan y seguiremos denunciando las mismas, ahora no ya sólo a Marruecos como autor directo, sino además al Consejo de Seguridad de la ONU, por permitir tanta tropelía.

No hay comentarios: