miércoles, 15 de junio de 2011

EL ESTADO DE LA COMUNIDAD

La próxima semana se llevará a cabo en el Parlamento Andaluz el “Debate sobre el Estado de la Comunidad Andaluza”, todo un clásico en la labor parlamentaria. Los portavoces de los tres grupos políticos cantarán sus bondades, se atacarán y defenderán con uñas y dientes, buscarán las frases lapidarias, los titulares, quedando al día siguiente todo como estaba. Andalucía se encuentra en una encrucijada política de difícil solución. Nuestra comunidad mantiene la tasa más alta del desempleo en Europa y es similar o mayor que la de bastantes estados africanos; se han paralizado prácticamente las inversiones públicas y privadas casi en todos los sectores; nuestra agricultura ha caído en picado a cuenta de la crisis del pepino y aunque el turismo no cae, como máximo se prevé un aumento del 2 % con respecto al año anterior, estancando el empleo temporal. Continúan cerrando pequeñas y medianas empresas, siguen los eres en bastantes, baja el consumo de las familias, cerrando un círculo peligroso de enfriamiento permanente de nuestra economía. Se encuentra paralizado en sector de la vivienda con cada vez más pisos en venta y nula construcción; miles de familias se debaten entre pagar la hipoteca o comer; los ayuntamientos no tienen dinero para inversiones que generen empleo y el gobierno andaluz se encuentra en Stand By, funcionando de forma interina, con una administración agigantada y escasez de ideas y propuestas para reordenar nuestra salida de la crisis. La encrucijada política andaluza está representada por un PSOE que será duramente castigado por las urnas después de 30 años en el gobierno, un PP que afila su cuchillo de la vendetta y la venganza, una Izquierda Unida, que se quiere colocar como el brazo necesario para salvar al PSOE de la quema en la hoguera. Ninguno de ellos realiza las propuestas oportunas y necesarias en el parlamento para salir de la situación en que vivimos. Ninguno de ellos ha propuesto un pacto andaluz de concertación política que aúne las propuestas para tirar todos de la misma cuerda, primando los intereses mezquinos que tienen como partidos en lugar de las necesidades de los andaluces. Asistiremos una vez más al debate de los achaques, mientras que en Andalucía hace falta una opción política que termine de una vez con los dos frentes de la cámara y coloque a la población andaluza en el centro del actuar político, que defienda la concertación para la recuperación de nuestra comunidad, que sea capaz de desterrar de una vez las viejas formas de hacer política que tanto daño nos están haciendo. Así que la celebración del debate no va a conseguir máxima audiencia en los medios y sólo servirá para que el hartazgo del personal se eleve algunos enteros más sobre esta “casta política” que no nos merecemos.

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