martes, 7 de junio de 2011

NAUFRAGIO Y DESPISTE

Mientras los socialistas continúan nadando en aguas profundas agarrados a pequeñísimas tablas de salvación después del naufragio, desde el partido popular comienzan a jugar su estrategia del despiste. Consiste la misma en situar a los españoles en la tesitura de bancarrota de las Comunidades Autónomas que se han encontrado hechas un cirio, con más agujeros que el calcetín de Carpanta, y lanzando los mensajes de que peligran incluso los salarios del funcionariado autonómico. Con ello consiguen dos cosas fundamentales. Primero, profundizar el desprestigio hacia los naufragados para que no consigan unas tablas mayores donde agarrarse, hundiéndolos y haciendo imposibles su rescate (recuperación); y segundo, colocar los argumentos de lo mal que lo han hecho los socialistas como excusa y/o premisa para la aplicación de ajustes duros en estas comunidades autónomas, disfrazando de obligatorias las medidas cuando realmente son las que tenían en mente aplicar estuvieran como estuvieran las cuentas concretas. El partido popular, a sólo quince días de las elecciones, comienza a defraudar a muchos de sus votantes, porque han visto como se refugian en el discurso fácil para intimidar a una población que ya de por sí está bastante castigada. Amenazan con realizar auditorías en todas las comunidades y ayuntamientos donde van a gobernar, por supuesto dejando fuera a las instituciones en las que ellos ya venían gobernando. Su objetivo es sembrar la duda sobre lo que había para aplicar su batería de presupuestos constreñidos y no precisamente aplicar la regla de transparencia necesaria para recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Su prioridad está puesta en conseguir el gobierno del estado y para ello harán y dirán todo aquello que crean les beneficia. Pero se están equivocando una vez más si consideran que la ciudadanía le va a aplaudir las gracias con estos tejemanejes de globos sonda para el despiste. Así que a los millones de ciudadanos indignados, a los miles de descolocados socialistas, se unen ahora la legión de despistados del PP, que de forma ilusa siguen considerando objeto de marketing a los electores y planifican su actuar político en base al criterio de los titulares. Todos sabemos que los populares siempre se han situado como la alternancia a los socialistas, nunca como la alternativa, porque ser alternativa significaría afrontar el riesgo de hacer política de otra manera, con otros principios y prioridades. Y ellos nunca correrán ese riesgo porque se sienten cómodos con el actual sistema que les favorece. La diferencia de aplicación política y económica de ambos partidos está cifrada en 18.000 millones de euros. Tal cantidad de dedicación de estos fondos distingue el que nos gobierne un partido u otro. El resto, todo lo demás, son brindis al sol, titulares de prensa e intenciones opacas para esconder la verdad y mantener de forma interesada el bipartidismo. Que tengan cuidado los populares con esta táctica del despiste, porque no somos tontos y además estamos cansados de tanta estrategia de parvulario.

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