domingo, 26 de junio de 2011

INVOLUCIÓN PERUANA

En la República del Perú se están viviendo momentos dramáticos que no están siendo resueltos con la debida capacidad negociadora por parte del gobierno saliente de Alán García y que ponen al país al borde de una involución sospechosa tras el resultado de las elecciones presidenciales. Ollanta Humala, que no tomará el poder hasta el día 23 de Julio, muestra su preocupación por los nulos recursos para solucionar las numerosas protestas sociales por la vía del diálogo y el entendimiento. Pero los frentes, lejos de ir cerrándose, se ensanchan cada vez más y con mayor virulencia. De momento son 10 muertos los que las diversas protestas han ocasionado, siempre a manos de la policía, y decenas de heridos de bala, lo que han encendido y avivado las protestas en la calle. Alán García no sabe o no quiere parar esto, e incluso ha llegado a declarar que cada vez se hace más difícil mantener el orden público en el Perú y dejó abierta la posibilidad de sacar el ejército a la calle. Curiosamente, está medida está siendo alentada por los sectores más conservadores de la república, entre otros los seguidores de Keiko Fujimori, quien perdiera la segunda vuelta en beneficio de Humala y varios medios de comunicación contrarios al presidente electo. Varios analistas del país andino apuntan la posibilidad de que se esté cociendo un golpe de estado que impida la llegada a palacio del nuevo presidente del Perú. Este tipo de movimientos no es nuevo en el área andina, pues cuando se ha visto peligrar de alguna forma la hegemonía de los gobiernos neoliberales se han intentado poner todas las trabas posibles para abortar la toma del poder a las tendencias más sociales, poniendo en marcha toda una maquinaria mediática, de inseguridad en lo económico y en lo social, que haga posible y bien vista la intervención militar. Dar ese paso en el actual Perú significaría volver a las cavernas, pero podemos imaginar de lo que son capaces las fuerzas enfrentadas en el país para impedir a toda costa que Humala tome posesión. Dentro del ejército peruano tenemos de todo, militares de la vieja escuela y también jóvenes oficiales mucho más comprometidos con el proceso democrático. Pero una cruenta resolución de los conflictos existentes en estos momentos puede dar como resultado la intervención del ejército, incluso que algún salva patrias se anime a presentar el golpe como objetivamente necesario. Vamos a observar con la cautela necesaria los siguientes pasos del gobierno saliente de Alán Garcia y la presión de los Fujimori y sus círculos de poder, pero el terreno está siendo abonado para una asonada que nadie desea, excepto los de siempre.

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