viernes, 26 de febrero de 2010

BOCHORNO MALAGUEÑO

Después del bochornoso espectáculo que dieron en el pleno del pasado jueves tanto el Partido Popular como el PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, no podemos dejar pasar la oportunidad de analizar qué está pasando con nuestros representantes municipales. “Que si has colocado a tu cuñada a dedo, que yo no, pero que el Alcalde colocó a su hija y a su nuera, que eso es mentira, pero que usted enchufó a la novia de su hermano, pero que ustedes han colocado a conyugues, primos, cuñados y hermanos”. De vergüenza ajena, absolutamente impresentable. Con la gran cantidad de problemas que tiene la ciudad de Málaga, siendo el principal de ellos el elevado número de parados y de familias que no perciben ningún tipo de ayuda social, nuestros ediles se enzarzan en una tremenda disputa sobre los casos de enchufismo familiar de los dos partidos. La imagen que los malagueños se llevan de las acusaciones de los dos partidos es lamentable. Ninguno de los dos les merece ya la mínima confianza. No sólo por los casos que mutuamente se denuncian en el pleno, sino por su ineptitud de abordar con seriedad un trabajo que revierta la situación tan crítica que afecta a los malagueños. Pero no nos pilla de sorpresa este asunto, pues hace más de un año vengo planteando que el Ayuntamiento de Málaga está en sus valores más bajos como institución pública representativa de los ciudadanos. Por su parte, el Gobierno Municipal de PP, nadando en su jactancia de mayoría absoluta, que ha puesto al servicio del partido, y de Arenas, la ciudad de Málaga como un bastión para la toma de la Junta de Andalucía, despreocupándose de todo lo demás, es decir, de cumplir sus funciones al frente de un municipio que cada vez tiene más problemas. El grupo del PSOE, que ha sufrido tantas bajas de concejales en sus filas que no tiene nada que ver con el que comenzó en el 2007, que se plantea como objetivo lo mismo que el PP pero al contrario, es decir, intentar que el bastión malagueño sea el primero en frenar la subida del PP al ámbito andaluz. Y claro, cuando los representantes municipales dejan sus objetivos de servir a los ciudadanos de su municipio en segundo nivel y se ponen al servicio de fines y objetivos partidarios de otras batallas, los que sufren las consecuencias son los vecinos del municipio. Ni nos merecemos este tipo de políticos, ni ellos merecen que los ciudadanos le otorguen su confianza para seguir representando a la ciudad de Málaga. Una actitud seria y responsable de los electores en 2011 sería echarlos a la calle, tarjeta roja, para que al menos no se rían de nosotros. A ver si aprenden de una vez.

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