SOLIDARIDAD CON HAITÍ

La marea humana de solidaridad con el pueblo haitiano que se ha dado en el todo el mundo es la mayor conocida a lo largo de las innumerables catástrofes que se han conocido en los últimos tiempos. Desde todos los gobiernos de América Latina, Europa, Norteamérica, Asía y muchos países africanos han comprometido, según sus posibilidades, ayudas para la emergencia y para la reconstrucción de Haití. Millones de ciudadanos de a píe han dado sus aportaciones a ONGD que trabajan en la emergencia y que lo harán también en la reconstrucción. Si Haití era antes del terremoto un país pobrísimo ahora vive en la absoluta miseria, sus gentes duermen bajo techos de plástico, con escasa atención sobre sus necesidades básicas, con enfermedades que aparecen por mala alimentación, por escasez de agua potable y, lo que les preocupa en el fondo, sin un futuro que echarse a la mente. Es muy importante que las muestras de solidaridad, tanto gubernamentales como de los ciudadanos, no decaigan, ya que el tiempo estimado para reconducir la situación en un país que antes ya era insostenible se está evaluando en cinco años como mínimo. Si antes del terremoto muy pocos países colaboraban con Haití y para la opinión pública era un perfecto desconocido, ahora no podemos caer en la solidaridad y apoyo momentáneo para volver a olvidarnos de nuevo a los pocos meses. Haití puede y debe salvarse con el apoyo y la solidaridad permanentes del resto del mundo. Muchas iniciativas se han puesto en marcha y me ha llamado la atención la de un partido político, UPYD, que en la localidad malagueña de Fuengirola ha organizado una comida benéfica a favor de los damnificados por el terremoto, recabando una ayuda económica que canalizarán a través de la ONGD Intermon-Oxfam. Esta ONGD tiene prevista su participación en todo el proceso de reconstrucción que ya se está planificando y ayudará en algo concreto de la gran cantidad de necesidades que tiene el país. Cuando conocí la iniciativa y hablando con sus organizadores me di cuenta de que lo realmente importante son los gestos solidarios, que las personas puedan manifestar su apoyo de miles de formas y que de ellos se desprenda un compromiso claro con la necesidad de apoyar a un pueblo que sufre. “Queremos manifestar nuestra solidaridad con el pueblo de Haití, con sus necesidades y apoyar como podamos”, dice Antonio Ortega, organizador de este acto, ”invitar a los ciudadanos de Fuengirola, de Mijas, de Málaga y de Andalucía a compartir un rato de comida solidaria donde el principal protagonista sea la solidaridad y el apoyo con el sufrimiento de Haití”. Así que el próximo sábado 20 de febrero me voy a sentar con mucho gusto a comer con personas a las que me une un sentimiento de solidaridad con este pueblo caribeño.