jueves, 13 de enero de 2011

VUELVE "LA PAVA"

Si el hecho no hubiera acontecido en tres ocasiones en menos de diez días no lo hubiera relatado. Pero como así ha sucedido creo que merece la pena contarlo. Como todos ustedes saben soy fumador empedernido, y no me voy a referir a la prohibición sanitaria, por más de treinta años, los mismos que llevo intentando dejarlo así como la misma cantidad de años que llevo a dieta sin perder un gramo. Resulta obvia mi falta de voluntad que intento disimular con empeños, más o menos decisivos, que terminan por hacerme recaer. Seguro que algún día lo consigo en este siglo. Pero el hecho en cuestión tiene que ver con el tabaco. La tradición mañanera de salir temprano a tomar un café en distintas cafeterías de la ciudad y al estar prohibido fumarme el segundo cigarrillo degustando el líquido elemento cortado, suelo fumar mientras voy llegando al bar. Desde el inicio de año, y en tres ocasiones como les decía, me ha ocurrido un hecho que en principio no consideré importante pero que al repetirse pasa de anécdota a realidad y da en qué pensar. Tengo por costumbre, cuando tiro la colilla final del cigarrillo a la calle, pisarlo como intentando evitar algún incendio. Curiosamente, el segundo día del año, al tirar el final del cigarrillo (el último medio centímetro que cuando era joven llamábamos “la pava”) un señor se agachó para recoger del suelo la colilla aún encendida antes de que yo la pisara. Dos personas distintas, en horario distinto y en lugares distintos, hicieron lo propio los días quinto y séptimo de este mismo mes de enero. El incidente ha motivado el cambio de mis hábitos de pisar las colillas, o al menos de mirar para atrás y a ambos lados antes de hacerlo, por si alguna persona estuviera atenta al momento de deshacerme de la parte más perjudicial del tabaco. Es posible que se tratara de una simple coincidencia en el tiempo, que fuesen tres personas concretas la que en toda la ciudad se hubieran topado con mi momento de finalizar el cigarrillo. Pero también es muy posible que estemos reproduciendo la Fábula del Sabio de Samaniego, donde “dicen que un sabio, un día tan mísero y pobre estaba, que sólo se sustentaba de las hierbas que comía. ¿Habrá otro, entre sí decía, más triste y pobre que yo? Y cuando el rostro volvió halló la respuesta viendo que otro sabio iba cogiendo las yerbas que él arrojó”. ¿Se acuerdan?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo lo dificil de dejar esa drodependencia Paco.Pero ese reiterado intento de dejarlo, y dandonolo a conocer certifica permiteme un - auto engaño-.Supongo que disfrutaras fumando, y con ello no molestaras a persona cercana.
LO DE LA "PAVA",no es nuevo y en los últimos años se a acrecentado ese modo de poder alimentar esa dependencia,a personas que no disponen de poder comprarla...Eso en la mayoria de los casos,se concentra en zonas de alterne nocturno, y la busquda se basa en los desperdicios del "porro" pava.
Lo de la fábula siempre estuvo y estará en actualidad.T´sabes como viven personas en otros paises que recorrerian cientos de miles de kilómetros por tener esa agua que desperdiciamos, con usos inadecuados.
un saludo Paco...y aseguir en el intento.

Anónimo dijo...

Entiendo lo dificil de dejar esa drodependencia Paco.Pero ese reiterado intento de dejarlo, y dandonolo a conocer certifica permiteme un - auto engaño-.Supongo que disfrutaras fumando, y con ello no molestaras a persona cercana.
LO DE LA "PAVA",no es nuevo y en los últimos años se a acrecentado ese modo de poder alimentar esa dependencia,a personas que no disponen de poder comprarla...Eso en la mayoria de los casos,se concentra en zonas de alterne nocturno, y la busquda se basa en los desperdicios del "porro" pava.
Lo de la fábula siempre estuvo y estará en actualidad.T´sabes como viven personas en otros paises que recorrerian cientos de miles de kilómetros por tener esa agua que desperdiciamos, con usos inadecuados.
un saludo Paco...y aseguir en el intento.