domingo, 28 de diciembre de 2014

LOS CONFLICTOS DE 2015.


La política internacional en el año que termina, nos ha dejado bastantes señales sobre cuáles serán los temas que, a nivel global, nos mantendrán ocupados y preocupados en el año entrante.

2015 se presenta como el año definitivo para comprobar si la expansión del Estado Islámico continúa o, por el contrario, es controlada y menguante. Muchos intereses están en juego en el conflicto, desde la situación en Siria al control de los pozos petrolíferos de Irak, desde las empresas que suministran armas a uno y otro lado hasta las repercusiones que pueda tener para Israel y la causa Palestina. Después de los movimientos golpistas (con aquiescencia internacional) en Egipto, que truncaron la opción democrática de un gobierno de los Hermanos Musulmanes, pasando por los contradictorios resultados de las “primaveras árabes” en todos los países, excepto en Túnez, así como el descabezamiento de Al Qaeda, la opción del ISIS aúna las voluntades de más de cien mil yihadistas con un propósito común: recuperar el Califato de sus antepasados.

Tras el asunto del Estado Islámico, que coloco en primer lugar por orden de importancia y preocupación, he de situar la pandemia del Ébola que ni mucho menos hemos de dar por controlada. Las muertes a día de hoy alcanzan las 7.500 personas y más de 16.000 están infectadas en aislamiento en los cinco países mayoritariamente afectados por el virus. Y aunque los protocolos aplicados a nivel internacional parece que han funcionado, no es menos cierto que el peligro de una explosión vírica pueda desencadenar una de las peores crisis sanitarias de la historia reciente. Si la comunidad internacional no actúa con celeridad y con recursos para frenar la expansión del virus podemos encontrarnos ante un grave problema para la humanidad.

El petróleo se coloca como tercer tema a tener en cuenta, ya que sus altibajos siempre provocan consecuencias tanto a los países productores como consumidores. Los miembros de la OPEP verán caer sus ingresos por la bajada del precio del barril de crudo, lo que implicará serios reajustes económicos en algunos de esos países, especialmente en Angola, Venezuela, Ecuador y Nigeria, mientras se mantienen los países árabes a duras penas. También afectará a otros productores como Brasil, Estados Unidos y Rusia. Los hidrocarburos mantendrán su precio actual o bajarán incluso un poco más, alentando así el consumo que continuará desequilibrando las consecuencias del cambio climático.

Por último, un reguero de conflictos “menores” que amenazan la paz y la seguridad mundial, entre los que merece la pena resaltar la cuestión de Ucrania y Rusia no resuelta hasta el momento, la inestabilidad de varios países en África, como Burkina Faso, Mali y Guinea, el eterno conflicto israelo-palestino, las correosas relaciones con Corea del Norte o los procesos de enriquecimiento de uranio en Irán.

Todo lo anterior, junto, nos presenta un panorama poco esperanzador sobre la pacificación mundial y la necesaria armonía para mantener un planeta finito. Mientras los poderes fácticos estén concentrados en el poder financiero, poco margen tendrán los políticos para reorientar hacia un camino libre de conflictos.


martes, 23 de diciembre de 2014

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE PODEMOS.


Estoy convencido de que García Márquez hubiera optado en una de sus novelas por colocar en la España de la crisis uno de sus relatos desde el realismo mágico. No le faltarían los ingredientes para ello: un país empobrecido por las políticas de sus gobiernos, corrupción a diestra y siniestra, disminución de salarios, precariedad en el empleo, paro, paro juvenil, jóvenes fuera, pérdida de derechos, desahucios, casas sin gente, gente sin casas, infanta imputada, cambio de rey, protestas en las calles, mareas, marchas dignidad…., loterías y discursos de Navidad.

Un filón para colocar un culebrón en un país bananero que pierde enteros cada día relegando la marca España a un anhelo de lo que fuimos y lo que somos. Una ciudadanía que se resiste a ser manipulada por el poder financiero y por sus acólitos casposos de la política, cansados de tener como gobernantes a correveidiles, vende patrias y mamporreros de las altas esferas europeas, que se resignan a gobernar como protectorado de las metrópolis económicas, subyugando a su pueblo. Malos gobernantes reflejados por los hermanos Lorenzetti en los frescos del Palacio Público de Siena, dando también pistas para lo que han de hacer los buenos gobernantes.

Con este cóctel reaccionario era imposible que no surgiera un renacimiento de la movilización social, hoy más viva que nunca, que revindicara en las calles, se organizara sin partidos ni sindicatos, relanzara las luchas ciudadanas por parar los desahucios, frenar la privatización de la sanidad, defender la educación pública y de calidad, la cultura, los derechos de las personas y nuestra dignidad, concretando en lo político una opción que vertebrara esa necesidad de cambio y transformación real, que tomara las instituciones y las riendas de este país desde otra óptica distinta a lo conocido hasta ahora, iniciando una revolución democrática incluyente, necesaria para colocar a las personas en primer lugar del quehacer público.

En la novela de Gabo, sin duda alguna encontraríamos espacios para el amor, sobre todo del amor social y comunitario, ese que nace de encontrarse en las calles, el que abre las sonrisas de las mentes y hace circular un espíritu organizado capaz de terminar con la ignominia, el poder establecido y las estupideces. Un amor colectivo, que describiera Benedetti siendo mucho más que dos en la calle codo a codo. Un clamor de rechazo y deconstrucción, que canalice el aprecio por lo público y la construcción de un nuevo país.

Hasta ahora, en 2014 y en los años anteriores, hemos estado en una especie de cortejo amoroso, consolidando demandas, opciones y procesos. En el año que empieza comienza de verdad el reto para iniciar el camino hacia el cambio, donde todos tenemos que ser generosos y responsables, inteligentes y desprendidos, porque nos merecemos algo mejor.








jueves, 18 de diciembre de 2014

ES LA HORA DE CUBA


Después de 53 años de guerra fría entre EE.UU. y Cuba, los Presidente Obama y Raúl Castro han dado un paso adelante poniendo fin a un bloqueo anacrónico y una diplomacia arcaica. Y aunque la decisión final sobre el levantamiento del bloqueo dependa del Congreso norteamericano, donde los republicanos y algunos demócratas pueden oponerse a la medida, todo parece indicar que el nuevo escenario puede ser cuestión de semanas.

El pueblo cubano ha sufrido en sus propias necesidades vitales los efectos del bloqueo injusto de diez presidentes que no podían permitir que a tan pocas millas se diera una realidad política distinta a las demás y que pudiera servir de semillero y espejo a otros países de su patio trasero. La intermediación del Vaticano, México, Brasil y varios países con peso internacional, han dado su fruto tras años de trabajo pausado para eliminar uno de los pocos telones de acero que permanecían vivos.

También, durante todos esos años, el bloqueo yanqui ha servido de argumento político a los Castro para esconder o tapar muchos de sus propios errores de planificación estratégica económica y de desarrollo. Todo era culpa del bloqueo y la soberanía nacional cubana nunca se pondría de rodillas. Ese discurso tampoco era demasiado asumido por la juventud que no vivió en su historia ni la revolución ni la dependencia de la Unión Soviética hasta su caída.

Ahora es el momento de Cuba. Tienen que notarse cambios reales que la población cubana sienta y experimente para concluir que sin bloqueo se vive mucho mejor. A corto plazo, ha de tocarse la unificación monetaria, ahora dual, entre el peso cubano y el convertible (CUC); ampliar las posibilidades de inversión en la isla de capital foráneo y nacional. Algunos economistas ya se han apresurado a señalar a Cuba como la nueva China en el Caribe. Quizás sea una buena descripción sobre el rumbo que ha de tomar la política económica y social a partir ahora. También sería necesaria una apertura mucho más democrática y menos dirigida sobre movimientos sociales y organizaciones, desde lo cultural hasta lo deportivo, desde el pensamiento político hasta las artes.

Si el bloqueo ha traído tanta desgracia al pueblo cubano, es hora de recuperarse y de aplicar nuevas políticas que hagan verdad el obstáculo para vivir bien. Cuba ha vivido 56 años gobernada por los Castro. Parece evidente que esto tiene que ir cambiando para que se aceleren transformaciones generacionales que mejoren y actualicen la calidad de vida del pueblo cubano.

Por eso ahora es la hora de Cuba y en un tiempo, más corto que largo, han de darse señales inequívocas de que sus avances son reales y certeros.



martes, 9 de diciembre de 2014

CAMBIO DE RUMBO.


Nuestro país ha consumido su proceso transitorio. Todos sabíamos que el hecho tenía fecha de caducidad, aunque algunos se han empeñado en que esa fecha se acortara a ritmos acelerados. La nula credibilidad en los partidos tradicionales y tradicionalistas ha puesto en peligro el acercamiento de la población a la política, presentando un funcionamiento institucional al que nos veíamos abocados sin más remedio debido a las orientaciones de la troika y del poder financiero que ha gobernado sobre el político sin haberse presentado a las elecciones.

La crisis económica, política y social que vivimos, ha servido para remover las conciencias dormidas de la ciudadanía, que ha pasado de tenerlo todo casi resuelto a no tener casi nada: ni expectativas, ni estado del bienestar, ni empleo, salarios muy bajos y dificultades para llegar a fin de mes, convirtiendo en ansiedad vital lo que hace sólo unos años era consumismo. Ha cambiado nuestro paradigma y tenemos que asumirlo así para poder modificar aquello que se ha hecho mal y retomar sendas de crecimiento humano, económico, cultural y solidario. De lo contrario, nunca aprenderemos.

También sabemos que los procesos pasan, se producen y crean mecanismos de transformación que en muy poco tiempo se verán como normales. Pero para llegar ahí cabe preguntarse qué es lo que tenemos que hacer ahora, para no arrepentirnos en el futuro de que no supimos o no pudimos hacer lo que era necesario. Después de lo vivido en nuestro país en estos años de democracia, no podemos permanecer en la creencia de que tenemos que otorgar el poder a otro partido para que nos gestione, nos resuelva, nos oriente y nos legisle en la senda del bien común, sino que hemos de asumir nuestra participación en estos momentos de cambio. Ciudadanía asumida como necesidad de no volver a cometer los mismos errores, de no dejar las instituciones en manos de “representantes”, sino de permanecer alertas, críticos, observando, proponiendo, exigiendo y comprometiéndonos.

Nadie debe escandalizarse de los cambios que han de producirse en el país. Son cambios necesarios si queremos recuperar nuestra dignidad después de haber pasado por una agonía de ineptos, corruptos, malos gestores y encumbrados representantes del pueblo. La dignidad no la regalan, se pelea y se lucha día a día, en cada momento de nuestras vidas y, cuando nos toman por imbéciles, se conquista en las urnas echando de una vez por todas a los que nos timaron y redujeron a puro objeto del marketing electoral.

Hay que recuperar la sonrisa, la alegría y utilizar el corazón para aquello que mejor sabe hacer: amar, desterrando odio y enfrentamientos. Hemos de utilizar nuestro pensamiento para acometer la nueva transformación que necesitamos, sin extremismos ni banderas enarboladas en la nada, pero siendo firmes en la decisión de que la fiesta de algunos tiene que terminar y que con la dignidad del pueblo ni se juega ni se negocia.



viernes, 5 de diciembre de 2014

0,7 ¿CUÁNDO?.


Hace veinte años las calles de todas las ciudades de España se llenaron de tiendas de campaña reclamando la dedicación del 0,7 a la cooperación internacional al desarrollo, siguiendo las recomendaciones de Naciones Unidas desde 1972, refrendadas en la Cumbre de Río de 1992. En las acampadas se discutía de Solidaridad, pero también de deuda externa, de expoliación, de desarrollo sostenible, de igualdad de género, de transparencia y buena gestión de los recursos públicos y un sinfín de temas más. A muchos que participamos en aquella movilización, el 15M nos recordó la experiencia del 0,7.

La visualización por los medios de la grave situación que se vivía en Ruanda, con el asesinato de más de 800.000 personas en los enfrentamientos entre tutsis y hutus, y el desplazamiento de millones de personas para preservar la vida, ayudó sobremanera a que la sociedad española entendiera y apoyara esta movilización en demanda de un compromiso de los gobernantes que convirtiera a España en un país realmente donante y comprometido con la aldea global y sus diferencias.

Los políticos de turno, presionados por una movilización sin precedentes con fuerte apoyo social, vieron oportuno iniciar procesos de cooperación desde los municipios más pequeños a las comunidades autónomas, pasando por las capitales de provincia y el gobierno central. Ninguno de ellos alcanzó la meta del 0,7 (a excepción de Navarra y alguna ciudad del norte), pero toda institución viviente tenía una pequeña partida para la cooperación internacional al desarrollo.

Los partidos se apresuraron a incluir en sus programas electorales el demandado porcentaje haciendo bandera de su solidaridad y compromiso (estaba de moda), pero ninguno de ellos fue capaz de realizar políticas públicas de Cooperación Internacional con ese alcance. La cooperación española en su totalidad alcanzó su tope máximo de aporte en 2007 (0,35%), cayendo en picado desde entonces hasta el 0,17% actual. Utilizando el argumento falaz de la crisis económica y las necesidades que tenemos en nuestro país, relegan la cooperación a un tema de segundo plano. Da igual del partido que se trate y qué institución regentan. Todos, sin excepción, rompen la tendencia creciente de la cooperación y la condenan a política residual. Si hay que recortar en alguna partida, la primera a considerar es cooperación internacional. No han aprendido nada.

Decía Gioconda Belli, poetisa nicaragüense, que “La Solidaridad es la ternura de los pueblos”. Nuestros políticos no han entendido lo que esto significa: terminar con la desigualdad entre los habitantes de este planeta es un compromiso ineludible de la especie. Y tampoco han entendido que con la “ternura” y la “solidaridad” no se negocia. No perdemos la esperanza de que alguna vez España llegue a ese porcentaje en nuestra cooperación al desarrollo a pesar de que los partidos en los distintos gobiernos: central, autonómicos y municipales, se hagan los locos y miren para otro lado. Eso sí, celebrar que hace veinte años se reivindicó el 0,7 lo celebran todos. Cualquier excusa es buena para buscar una foto.


sábado, 29 de noviembre de 2014

GANEMOS MÁLAGA


Camino de la Asamblea Constituyente de Ganemos Málaga, que se celebrará el 17 de enero del año próximo, el proceso de plataforma ciudadana, nunca antes conocido en la ciudad, avanza de forma imparable. La elaboración colectiva de las propuestas programáticas darán un paso adelante en los próximos meses para completar la visión de ciudad que se quiere, así como las medidas concretas de gobierno que deben emanar del tejido asociativo y de la ciudadanía en los barrios y distritos.

Actualmente, diversos grupos de trabajo en los foros programáticos han ido debatiendo y elaborando las líneas generales de dicho programa, así como los principios éticos, modelo organizativo y metodología, logística y finanzas, comunicación y confluencia. Todas estas cuestiones, así como la forma jurídica en la que concurrir a las elecciones municipales y el proceso de primarias abierto a la ciudadanía, formarán parte del orden del día de la Asamblea Ciudadana Constituyente de enero, que significará el pistoletazo de salida para visibilizar la alternativa de construcción de una ciudad democrática, ecológica y digna.

En Ganemos Málaga no participan las organizaciones políticas como tales, sino que se hace siempre a nivel individual, no existiendo ni cuotas ni privilegio alguno a ningún tipo de organización (una persona, un voto), y se han desechado cualquier tipo de injerencia de las organizaciones en los procesos de participación ciudadana real. Cada día más personas se han ido sumando a la iniciativa, valorando el hecho de no estar dirigidas por ninguna organización al estilo clásico, buscando la confluencia con todos aquellos actores de la vida social, cultural, asociativa, reivindicativa y política de la sociedad malagueña.

La gran preparación de las personas participantes en el proyecto garantiza una gran proyección para colocar a la ciudad de Málaga en el nivel que se merece como la sexta ciudad de España, priorizando el bien común y a las personas sobre las prácticas habituales de los gobiernos municipales habidos hasta la fecha. No es un problema de competencias en el gobierno municipal, sino de incompetencias y de alejamiento de los problemas reales de la ciudadanía.

La propuesta de Ganemos Málaga tiene un futuro venturoso, que concretará propuestas de gobierno para transformar aquello que siempre nos dijeron que era imposible transformar. Los partidos clásicos han sido incapaces de gestionar con transparencia y no han sabido (o no han querido) situarse al frente de los problemas que realmente aquejan a los vecinos y vecinas. Se necesita otra forma de gobernar y Ganemos Málaga asume ese reto con bastante ilusión y entusiasmo.

Por fin la ciudadanía ha dicho ¡basta! Y ha dado un paso al frente para asumir su responsabilidad para el cambio social y la gestión de las instituciones. 


jueves, 27 de noviembre de 2014

CUMBRES INÚTILES.


Los días 8 y 9 de diciembre próximo, tendrá lugar en Veracruz, México,  la vigésimo cuarta Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, bajo el lema “Iberoamérica en el Siglo XXI: Educación, Innovación y Cultura”. La principal novedad que presenta esta XXIV Cumbre, es la participación por primera vez como Rey de España de Felipe VI.

El Ministro de Exteriores y de (escasísima) Cooperación, Sr. Margallo, anda de cabeza desde hace un mes intentando convencer a todos los líderes de Latinoamérica para que participen en la Cumbre. Queda de manifiesto que el interés básico de las cumbres se ve en América Latina como exclusivamente español. Prueba de ello han sido los constantes fracasos de participación de Jefes de Estado y de Gobierno en las anteriores celebradas.

Y es de entender este fracaso si tenemos en cuenta que en la cumbre de Veracruz se van a tocar temas tan apasionantes para los gobernantes como la Alianza para la movilidad académica, Una especie de Erasmus Iberoamericano, la Digitalización del acervo cultural realizado y futuro, o la creación de una tarjeta joven. Los mandatarios latinoamericanos ya no están para estas zarandajas, pues tienen propuestas de integración regional mucho más atractivas que les hacen compartir la aplicación de políticas públicas, sin necesidad de hacer el paripé de la madre patria con la vieja y anquilosada España.

Así, los días 4 y 5 de Diciembre se celebrará la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en Guayaquil y Quito, Ecuador, donde se tocarán temas tan importantes como el pasaporte suramericano; Mercosur sigue imparable con los planes de integración económica, al igual que la SICA en Centroamérica; y la CELAC ( Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe), que profundiza compromisos de alto calado político que preocupan a los estados de la región y a sus ciudadanos.

España parece no darse cuenta que los lazos con Latinoamérica no se construyen con este tipo de cumbres cuasi simbólicas y ceremoniales, ni de que los propios países del área cuentan con mecanismos más que suficientes para coordinar sus propias políticas integradoras y de unificación en políticas. Más aún, teniendo en cuenta que los presupuestos de Cooperación Internacional del gobierno del PP han disminuido hasta lo simbólico en todo el mundo y también en los países de América Latina.

Además, todos sabemos que la “Marca España”, ha perdido tantos enteros que intentar sostener este tipo de cumbres absurdas con temas tan simples, al objeto de cubrir el expediente de la tan afanada “Foto”, sólo ayuda a aumentar el ridículo de nuestro interés por Latinoamérica. Y como el que desea la foto es España, pues pagamos casi el 70% del coste de las cumbres iberoamericanas y su Secretaría General. Aunque aquí no vale el dicho de que “el que paga, manda”.

lunes, 17 de noviembre de 2014

EL PROGRAMA DE PODEMOS


Parece que agotadas las argumentaciones que colocaban a PODEMOS como bolivarianos, procastristas, amigos de ETA y un sinfín de barbaridades más, ahora toca continuar los intentos de desprestigio señalando que PODEMOS no tiene Programa electoral para las elecciones generales, que no saben qué propondrán a la ciudadanía y que las propuestas que van lanzando no tienen soporte económico ni jurídico para llevarlas a cabo.

Recién terminado su congreso constituyente como Partido, denominado “Asamblea Ciudadana”, eligiendo sus órganos de dirección a nivel del estado, ahora se inicia todo el proceso de elección de sus instrumentos municipales y autonómicos. A pesar de las prisas que todos tienen por arremeter contra PODEMOS, hoy por hoy son ellos los que marcan el paso, están en su propia ruta de consolidación de estructuras territoriales y de órganos que garanticen la participación ciudadana. El programa electoral llegará cuando tenga que llegar, o es que ¿acaso han convocado ya las elecciones generales?.

Entiendo que muchos, partidos y medios sobre todo, se hayan quedado algo descolocados con las nuevas formas de hacer política. No quieren entender métodos de amplia participación en todos los niveles y se apresten al nuevo argumento de que PODEMOS no tiene programa en un intento orquestado de continuar con el desprestigio hacia la fuerza política que les causa problemas.

¿Sabemos cuál es el programa del resto de partidos para las elecciones generales? Pues no. Sencillamente porque no es la hora de los programas electorales cuando aún falta un año para la celebración de las elecciones. PODEMOS tiene ahora el tiempo necesario para ordenar, justificar, encauzar y debatir, todas aquellas propuestas que incorporará al programa electoral de 2015. Se abrirán plazas de debate de masas, se crearán grupos de trabajo para cada uno de los distintos sectores que profundizarán en las propuestas, se contará con expertos en los diversos temas que irán dando forma y cuantificando las acciones de gobierno en los distintos ministerios, culminando el proceso con un debate abierto con la ciudadanía que aprobará o no el programa a presentar a las generales.

PODEMOS no debe verse envuelto en una urgencia para responder a los medios o a otros partidos sobre cuál es su programa. Insisto en que el ritmo lo deben marcar ellos mismos para no dejar de garantizar la participación más amplia posible de la ciudadanía. Llegar a un programa de Gobierno para cuatro años no es fácil, precisa de meditación y priorización, de confrontación social y de implicación ciudadana. Y si alguien está esperando poder criticar algunas propuestas de ese programa, que espere el tiempo que haga falta. Ya nos han engañado bastante con programas falsos que nunca se cumplen, incluso a veces haciendo todo lo contrario de lo que dicen en los mismos.




viernes, 14 de noviembre de 2014

¿GANEMOS?


La proximidad de las elecciones municipales han puesto en marcha varias iniciativas de participación ciudadana con el objetivo de “GANAR” algunas de las alcaldías a las que se plantean concurrir. El hartazgo hacia los partidos políticos tradicionales, su mal hacer y separación de la ciudadanía, su mala gestión que condena a los municipios a deudas infernales, deriva en un rechazo popular también hacia las instituciones, cuestión peligrosa pues dejar vacías las instituciones de alternativas populares es dejarlas en manos de una oligarquía partidista e interesada.

Tras la irrupción de PODEMOS en las elecciones europeas de Mayo y su proyección hacia el futuro, todas las estrategias de los partidos clásicos cambiaron en un intento por recolocarse en el nuevo escenario. La pregunta clave era “¿qué hacemos para no recibir un batacazo en las municipales?. Casi al mismo tiempo, se concreta la propuesta de Guanyem Barcelona, con una perspectiva popular y ciudadana, como una nueva forma de hacer política que aglutinara a vecinos y vecinas de toda la ciudad, que rompiera con los moldes atrofiados de lo de siempre y se situara en Ganar Barcelona, recuperar la institución para la ciudadanía. Su avance y consolidación, su alto nivel de participación ciudadana con más de 32.000 firmas de apoyo y más de 6.000 personas participando en la elaboración colectiva, son muestra de las grandes posibilidades que tiene la propuesta para hacer efectiva la implicación de la población en la política municipal e impedir que la hagan otros.

Casi automáticamente, como si fuera una propuesta que pudiera calcarse a cualquier precio y bajo cualquier premisa, comienzan a aparecer otras propuestas similares en varios municipios españoles. Poco importaba el discurso inicial que impulsa Guanyem, ciudadanos para Ganar el Ayuntamiento, donde las siglas de los partidos no aparecen ni tienen un peso específico en el seno de la organización. El método seguido por Guanyem ha sido sumar voluntades, ciudadanía participando, elaborando, discutiendo y con todo el poder para decidir, sin intermediarios. La clave está en una nueva forma de hacer política, porque la vieja política ha tenido 35 años para hacerlo y no ha sabido o no ha querido.

En los procesos de participación ciudadana pueden diferenciarse dos métodos: los dirigidos y los asamblearios. Esto quiere decir que ante la asunción de una estrategia que le pueda ser válida para mantener un espacio en peligro de extinción, algunos partidos intenten camuflarse en una propuesta participativa y ciudadana. Insisto, propuesta que nunca pusieron en marcha con anterioridad. Bastaba entonces, dar el primer paso para proponer un GANEMOS, asegurándose la dirección del proyecto y no perder espacios de representación partidaria al mismo tiempo. Todo ello, adornado de llamadas a la convergencia, la confluencia, la unidad, de otros partidos políticos (mesa camilla de siglas) a los que arrastrar al posicionamiento previamente diseñado por ellos para no perder su espacio. Los ciudadanos, en este proceso, vendrían después. Una vez cerrado lo “importante”, habría que volcarse en los barrios a trasmitir la necesidad de unirnos todos para GANAR el Ayuntamiento.

El otro método, el asambleario, mucho más cercano al llevado a cabo por Guanyem, consiste en establecer unas líneas básicas de funcionamiento y un desarrollo de los instrumentos de participación, donde los verdaderos y únicos protagonistas sean los vecinos. El punto de partida es bien distinto: si no hay un empoderamiento ciudadano de la necesidad de cambiar la política municipal, que se plasme en un cambio real de la institución para colocar en primer lugar a las personas y no los intereses partidistas, el envite no merecerá la pena.

Si un movimiento ciudadano se convierte en masivo, es decir, cuenta con una participación popular amplia, está garantizando que el apoyo en las municipales será también amplio. En cambio, si el método es la suma de siglas, la ciudadanía no se siente llamada a participar con fuerza, pues “son los mismos de siempre” que quieren unirse para ganar y no la ciudadanía que se empoderar para sumir su responsabilidad en cambios reales en la gestión de los Ayuntamientos.

En Guanyem Barcelona, varios partidos se han ido sumando a la iniciativa, participando individualmente como personas en los mecanismos de participación creados por la asamblea ciudadana de Guanyem, sin privilegios de ningún tipo y asumiendo que será su apuesta para concurrir a las municipales.

En definitiva, el proyecto no se puede consensuar por partidos y luego venderlo a la ciudadanía, sino justo al contrario: Si los ciudadanos asumen su responsabilidad y tiran adelante con el proyecto se sumarán cada vez más ciudadanos y los partidos políticos empezarán a apoyar una apuesta por GANAR la alcaldía.

Al iniciar la estrategia por parte de algunos partidos, lo que realmente se pretendía era garantizar su parcela de poder y representación, tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación Provincial, pero cercenando la posibilidad de real de poner en marcha una apuesta de participación ciudadana real, generadora de ilusión y con capacidad de cambiar la política municipal.

Bajo mi punto de vista, este es el problema fundamental que tenemos actualmente en GANEMOS MÁLAGA (quizás también en otros Ganemos) y la pregunta del millón es si aún estamos a tiempo de poder reconducir la situación. Para ello deberíamos aclarar algunas cuestiones, que formulo a modo de hipótesis:

n  Si la participación de ciudadanos y ciudadanas de Málaga, rondaran las 5.000 personas, organizadas en los barrios, en las comisiones de debate y elaboración, haciendo propuesta para un nuevo Ayuntamiento ¿estaríamos planteando algún problema sobre la confluencia y convergencia a las municipales?.

n  ¿Por qué no se puso en marcha un mecanismo distinto desde el principio, que garantizara el empoderamiento ciudadano?. A quién o quiénes no les interesaba hacerlo, comenzando la casa por el tejado.

n  Los enfrentamientos habidos hasta la fecha ¿son del todo irreconciliables o estamos a tiempo de reconducir el proceso y ponerlo en manos de los ciudadanos, sin carnet en la boca?

n  ¿Estamos en capacidad de dar todo el poder a la asamblea ciudadana, sin imposiciones de fórmulas jurídicas, y que se la Asamblea la que decida todo lo que haya que decidir?.

Sin una respuesta clara a estas cuestiones el proyecto será PERDIMOS, no GANEMOS.

Si por el contrario, como si la historia fuese un ordenador que se ha quedado enganchado y que hay que REINICIAR, con altura de miras, con generosidad y compromiso por el cambio real, apagamos el ordenador y REINICIAMOS, es muy posible que la ciudadanía cambie su percepción del proyecto y pueda asumirlo como suyo.

Pienso que estás son las cuestiones a debatir de cara a tomar una decisión (ciertamente urgente), que nos indique si seguimos adelante o no, con la única condición de que no engañemos a la gente. A nosotros mismos podemos engañarnos, pero al pueblo NO.


jueves, 13 de noviembre de 2014

CORRUPTOS


La corrupción, en el ámbito de lo político, se ha colocado como uno de los principales problemas señalados por la población española en las encuestas del CIS. No hay informativo de TV o radio, ni periódico que no abran sus portadas con casos de corrupción desde hace ya bastante tiempo. La ciudadanía ha calibrado la importancia de estos hechos y va pasando del “todos son iguales” al “esto hay que cambiarlo”.

La mayoría de los partidos políticos están implicados: PP, PSOE, IU, CIU, y otros, dando así una imagen unitaria de lo poco que les importa la gestión transparente de lo público y un trabajo serio por el bien común. Como pareciera que a todos se les va pillando (aunque deduzco que como en los alijos de droga se detectan uno de cada diez), los partidos se afanan en lanzar proclamas sobre medidas anticorrupción y por la transparencia en la gestión pública. Como diría Joaquín Sabina: “Ahora es demasiado tarde, princesa”.

La deducción es simple: si no se hubiesen descubierto la vergüenza de cientos y cientos de casos de corrupción, los partidos seguirían instalados en el “aquí no pasa nada”. Ahora, en un alarde de respuesta a la corrupción política, se apresuran con declaraciones bienintencionadas, intentando al mismo tiempo escabullirse de algunas dimisiones necesarias. Mientras, la ciudadanía reflexiona sobre lo que no se ha hecho en 35 años de democracia, la complicidad manifiesta de los partidos gobernantes para no fijar mecanismos reales de control y transparencia desde el principio. Y se da cuenta de que sólo se han puesto manos a la obra cuando han sido pillados.

Siguen inmersos en sus discursos del “y tu mas”, peleando incluso por las medidas que han de tomarse y ofreciendo pactos contra la corrupción. Tanta estulticia es una ofensa a la inteligencia ciudadana.

La decisión está tomada y así se va reflejando en todas las encuestas y sondeos electorales que van apareciendo:”no les queremos más”. Parece claro que ha llegado el momento del cambio para este país, con propuestas serias, rigurosas, de recuperación de la dignidad y de la decencia. Y los partidos a la clásica no solo han perdido la oportunidad de ser respetados por los electores, sino que han hecho todo lo posible para ganarse su desprecio más absoluto.

Todas las medidas que anuncian ahora a bombo y platillo son de cara a la galería, para que salgan en los medios, pero jamás se preocuparon de adelantarse a los hechos. Simplemente no les interesaba y así, escándalo tras escándalo, han ido cavando su propia fosa que los llevará a una larga travesía del desierto.


lunes, 3 de noviembre de 2014

SE ACABÓ LA FIESTA.


Basta recordar el proceso de transición en España para darse cuenta de dónde estaban situados los intereses de la entonces “clase política”. Arias Navarro de presidente post-franco, representaba los intereses del “movimiento” y pretendía establecer un Franquismo sin Franco, una continuación del régimen. El Rey Juan Carlos, bien asesorado, optó por retirarle su confianza y nombra a Adolfo Suárez Presidente del Gobierno, encargándole expresamente el inicio de transición a una democracia moderna. Suárez viaja a Washington para el obtener el visto bueno de la nueva opción para España, recibiendo el apoyo norteamericano de inmediato. Se inicia, así el proceso de transición que no se concretará hasta la firma de los “Pactos de la Moncloa”, dos años más tarde.

La redacción de la Constitución Española del 78, sirvió de motivo para afirmar la ruptura con el régimen anterior y perfilar un país nuevo, moderno y adaptado a los tiempos europeos. Nuestra actual Constitución, aunque ya necesita una puesta a punto pasando por la ITV, recoge una serie de declaraciones de principios que han sido vulnerados por todos los gobiernos desde el 79 hasta ahora. Ningún partido ha entrado en la defensa de estos principios y de articulados concretos que sitúan al pueblo como principal soberano y aparece protegido por encima de los intereses económicos en lo referido a su propio bienestar con la gestión de los servicios básicos a la población. La Constitución simplemente ha sido utilizada para frenar, reprimir o castigar, aquellos empeños territoriales que no se amoldaban al modelo descrito y aprobado, pero nunca se tomó como libro de cabecera para acometer una verdadera política de Estado.

Los partidos se amoldaron al nuevo sistema, fabricándose al efecto una Ley Electoral absolutamente injusta, que permitía la presencia de dos grandes partidos y que realmente les ha funcionado durante todo este tiempo. Tanto PP como PSOE, han sido paladines de lo que ellos denominan “estabilidad”, respetándose en la alternancia para que nada cambiara. Más allá de algunas cuestiones de maquillaje, ambos han estado y están de acuerdo en lo que denomino “Los principios fundamentales del Sistema”. En la alternancia les ha ido bien, tenían su cantera de vividores de la política pero lo importante era estar o recuperar el poder en todo momento, sumiendo a los españoles en un discurso arcaico de las izquierdas y las derechas, reflejo de la época post-franquista, con el fantasma de la guerra civil en las mentes del personal.

Y no se han dado cuenta que esta realidad ha cambiado. Demográficamente, nuestro país ha sufrido un cambio generacional que no ha sido asumido ni estudiado por los grandes estrategas y analistas de las máquinas de marketing en que se habían convertido ambos partidos, pensando que todo les funcionaría igual que hasta ahora, hiciesen lo que hiciesen, pasara lo que pasara y con la total impunidad de que han disfrutado en todo este tiempo.

Han pasado casi 40 años de la muerte del dictador y durante este tiempo también han ido cambiando la edad de los españoles, su formación y capacitación, teniendo hoy a una gran parte de la pirámide poblacional que sólo ha vivido en democracia. Una mayoría que ha visto todo el proceso político y que conoce y analiza sus propias contradicciones, con una responsabilidad ciudadana al alza. Alguno dirá que esto mismo ocurría hace tres años, cuando más de 10 millones de españoles votaron al PP. Y es cierto.

Pero lo que ha cambiado, partiendo de los jóvenes y sumando cada vez más voluntades de distintas capas de la población, sobre todo de capas medias, es que en estos tres años transcurridos de gobierno del PP se ha llegado al hartazgo del propio sistema. La ciudadanía ya no aguanta más y no está dispuesta a ser cómplice de un sistema que actúa contra ellos en lugar de respetar la Constitución y aplicar políticas públicas en beneficio del pueblo. Se les ha ido de las manos, a ellos y al resto de partidos irrelevantes que pretendían jugar en ese mismo tablero para, alguna vez, romper el bipartidismo haciendo de bisagras o muletillas y promoviendo algunas reformas.

Pensaban que esto sería siempre así, que la población española seguía siendo inmadura y temerosa de cambios bruscos de orientación, avalando sus tesis del bipartidismo. Y se equivocaron. Lo único que aparece claro en estos momentos es que España necesita un cambio, un cambio real de reglas, prioridades, escenarios, líderes y representantes del pueblo. No les asusta la opción de Podemos, lo que realmente les asusta a ambos y a los irrelevantes, es perder todo el poder que han ido acumulando durante este tiempo y que no han sabido utilizar para ilusionar al país, relegándolo a un estado europeo de segundo nivel mientras vivían de lujo a costa de los demás. Simplemente, se acabó la fiesta.


sábado, 25 de octubre de 2014

LOS AVANCES DEL ESTADO ISLÁMICO


Desde que comenzaran los bombardeos por la coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, sobre el ejército de ISIS, la actividad militar de avance yihadista no se ha detenido, aunque tampoco ha avanzado de una forma significativa.

La táctica del miedo y la implantación de su doctrina en las poblaciones que han ido ocupando, dan paso ahora a una consolidación en las mismas de una disciplina férrea, imponiendo toda una serie de leyes y normas con el objetivo de consolidar lo que denominan “la realidad del ISIS”.

Sus incursiones militares se han fijado concentrar fuerzas en dos objetivos estratégicos de importancia, el norte kurdo iraquí y el noreste sirio, a fin de mantener dispersa la atención en dos fuertes frentes. Pero, por otro lado, continúan con la toma de pequeños municipios dispersos que engrandezcan el Califato y presenten problemas de ubicación para los bombardeos occidentales.

Sin embargo, a pesar de que a través de los medios se nos insiste en una posible debilidad de Estado Islámico, su plan actual pasa por reagrupar algunas fuerzas y aumentar el peso de las mismas. Están llegando muchos nuevos aspirantes para integrar las filas del ejército y las cifras de 30.000 efectivos que indica la CIA pueden estar muy lejos de la realidad. En estos momentos, según datos indicados por la cadena de TV Al Jazeera, no menos de 70.000 personas conformarían los distintos escalones del ISIS.

Al mismo tiempo, según las alertas declaradas en varios países de occidente, entre ellos EEUU, Reino Unido, Alemania, Holanda, Canadá y Francia, el peligro de que se comentan actos terroristas por lobos solitarios o células dormidas en occidente se acrecienta. De momento, el terror lo están lanzando a través de las redes sociales en videos propagandísticos, que pretenden tensar a los servicios secretos y de seguridad de esos países. Pero algunos expertos señalan que en los mismos puede adivinarse toda una suerte de mensajes casi cifrados para ordenar la ejecución de algunas acciones diseñadas de antemano.

Si en las últimas semanas la atención se ha centrado en asuntos como el Ébola, en la zona no se ha dejado ni un solo día la contienda militar ni los bombardeos occidentales. El avance del Califato será imparable hasta que no logre frenarse con la intervención de la infantería y eso lo saben perfectamente los miembros de Estado Islámico, que no dudarán en utilizar como escudos humanos a la población civil de las zonas que van ocupando para hacer poco efectiva la acción desde el aire. Estados Unidos intentará por todos los medios no llegar a poner las botas en la tierra de la contienda, pero son muchos altos cargos militares los que insisten en que, de no ser así, se corre el peligro de perder opciones para destruir las intenciones de los radicales. Los frentes territoriales aumentan y sigue aumentando un ejército bien armado y cada día mejor formado.

martes, 21 de octubre de 2014

ESTALLIDO SOCIAL.


A un año de las elecciones generales y después de tres de gobierno del PP, me parece un buen momento para analizar algunas de las claves que han coincidido en nuestro país para evitar una de las situaciones más críticas que hemos vivido desde la llegada de la democracia.

Durante los años 2012 y 2013, el gobierno ha llevado a cabo la mayor política conocida de recortes en varios frentes: sanidad, educación, libertades, laborales, pensiones y dependencia, creando una situación de inmenso deterioro de la calidad de vida en la mayoría de los españoles. La aplicación de las órdenes de desahucio, la salida del país de centenares de miles jóvenes en busca de cualquier empleo, las reducciones salariales sin medida, los contratos basura de meses, semanas y horas, la subida permanente del desempleo, de la luz, del agua, y la bajada del consumo en los hogares, con el extremo de dos millones y medio de personas en pobreza extrema; pintaban un panorama bastante inaguantable a pesar de su mayoría absolutísima.

La gente se organizó y se echó a la calle, sorprendiendo a propios y a extraños (como ya ocurriera con el 15M), sobre todo a los partidos clásicos de la izquierda (PSOE-IU), que se vieron desbordados por las llamadas “Mareas”, no controladas por ellos y con gran poder de movilización ciudadana. Demandas que se iban agregando unas a otras y que mantenían un común denominador: El gobierno estaba poniendo en peligro los posibles avances del llamado “Estado del Bienestar”, que tanto esfuerzo nos había costado conseguir. La ciudadanía toma la calle con decenas de miles de protestas, se convocan momentos críticos como los de “Rodea el Congreso” y se acrecientan las posibilidades de un estallido social en toda regla, con una perspectiva nítida de recuperar la dignidad y sin control ni manejo de los partidos políticos.

Se pone en cuestión el “Sistema”, desde el Parlamento a la Casa Real, desde la Banca a la Unión Europea, todo se pone en solfa, la gente pierde el miedo y vuelve a salir a la calle, como en los mejores tiempos, en defensa de lo público y de las libertades fundamentales. Todo ello culmina en marzo de 2014, con una de las mayores movilizaciones ciudadanas recordada en tiempos: “La Marcha Dignidad”, donde centenares de miles de españoles nos manifestamos en Madrid.

Durante estos tres años, siempre he pensado que vista la violencia y agresión permanente del Estado contra los ciudadanos, en cualquier momento podría prender la mecha del conflicto. La situación reunía los condicionantes de libro para que el mismo pudiera darse. Pero en ese contexto se dan dos situaciones que han logrado calmar, de momento, los ánimos de la gente. Por un lado, la Diada del 11S del 2013 en Cataluña, que coloca en primer lugar la reivindicación independentista tapando el resto de las motivaciones sociales o incluyéndolas dentro de la propia esperanza de solución que supone un nuevo país. De otro lado, las elecciones europeas de Mayo 2014, que colocan a PODEMOS como una fuerza política que aglutina todos los descontentos de todas las Mareas, Marcha Dignidad, Plataformas contra los desahucios y decenas de movimientos en lucha, para orientar el desencanto hacia la toma del poder mediante las urnas.

El resultado de ambas cuestiones ha sido doble. La paz en las calles, que no la paz social que sigue orientada a acabar con un sistema caduco: Las clases medias y obreras de Cataluña están ahora en lo suyo (la consulta y la independencia) y la mayoría de las demandas políticas ciudadanas se encuentran encausadas dentro de la alternativa que pueda significar PODEMOS como opción de gobierno.

Pero la realidad es que el gobierno de PP y el poder económico y financiero han continuado haciendo de las suyas. Se aplican las mismas políticas, se amplían los casos de corrupción con los Pujol , las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia, los jóvenes siguen sin empleo, los recursos siguen sin llegar a centenares de miles de familias que viven al día, muchas de ellas sin nada que llevarse a la boca, con escándalos como el del Ébola, con nuevos recortes presupuestarios y con aplicación de leyes mordaza para el control ciudadano.

Mucho le debe el Sistema a las demandas catalanistas y a PODEMOS, pues de no haberse dado simultáneamente ambas realidades, me temo que la situación a estas alturas hubiera sido de un estallido social de una gravedad extrema. El devenir resolverá y va a resultar sumamente interesante poder vivir esta nueva etapa de nuestra democracia como país.




lunes, 20 de octubre de 2014

PODEMOS Y LAS MUNICIPALES.


Se acercan las elecciones municipales y aún no sabemos, a ciencia cierta, si PODEMOS se presentará en algunos municipios y en cuáles. Confieso que en un primer momento consideraba acertada la opción de no presentarse y llegar inmaculados a las elecciones generales, verdadero objetivo para el cambio real, pero voy cambiando de opinión a medida que nos acercamos a la fecha.

El pulso lo va dando la calle y la gente con la que hablo, de lo más variopinto en cuanto a sus preferencias anteriores, sostiene en su mayoría que PODEMOS debería presentarse en las municipales porque no tienen a quien votar. Ante la negativa absoluta a hacerlo, cabría la opción de una línea intermedia que contemplara dicha posibilidad al menos en los municipios mayores de 50.000 ó 100.000 habitantes.

El razonamiento es claro. Por un lado, PODEMOS prefiere no correr el riesgo de que en sus listas propias, con su marca, se coloquen en Ayuntamientos concejales de su formación que no les ofrezcan garantías máximas de control, pudiendo posibilitar pactos de gobierno que posteriormente les pase factura en las generales. De otro lado, sus resultados en los comicios no serán espectaculares, es decir, no obtendrían por mayoría absoluta alcaldías a borbotones, lo que les obligaría a mojarse a la hora de decidir a quién o quiénes apoyar para la conformación de muchos ayuntamientos.

Al mismo tiempo, la demanda ciudadana desea poder votar a PODEMOS también en las municipales. Muchos de los círculos debaten su capacidad para incorporarse ya a los ayuntamientos y tienen los resortes necesarios para autocontrolarse en cuanto a las listas y política de alianzas. Las alternativas de candidaturas ciudadanas como las de “Ganemos”, o no les satisfacen o entienden diluyen la opción de su propio trabajo en el ámbito de lo municipal para los próximos cuatro años.

Entiendo, por tanto, que los dirigentes de PODEMOS se muevan en la misma dualidad que he descrito, pero más temprano que tarde habrá que tomar una decisión. Las elecciones municipales son muy importantes y la visibilidad de PODEMOS ganaría muchos enteros con gente responsable al frente de unas listas alternativas a lo de siempre. Presentarse con la marca en alrededor de cien ayuntamientos, podría ser una opción intermedia que debería ser contemplada. Capitales de provincia y municipios importantes, además de concurrir a las elecciones de las trece comunidades autonómicas, allanarían el camino para un excelente resultado en las generales de noviembre 2015.

Habrá que darle una vuelta al asunto.




lunes, 13 de octubre de 2014

LAS BONDADES DEL ÉBOLA.


Basta colocar a los medios en el epicentro de un peligro inminente para la seguridad sanitaria en occidente, para que por arte de magia desaparezcan de la faz de la tierra todos los problemas que nos afectan de lleno. Es la estrategia y táctica del arrinconado, de los gobernantes que se encuentran con la soga al cuello y necesitan de un respiro para ordeñar las mamaderas de los estados y de su orden mundial.

Desde el mes de marzo el brote de Ébola en África amenazaba con extenderse a gran velocidad si la intervención de la comunidad internacional no se ponía en marcha. No se puso, principalmente porque los enfermos eran los de siempre, pobres negros de países remotos que están acostumbrados al hambre, a la muerte y al abandono. Naciones Unidas y varias organizaciones internacionales subieron la alerta en el mes de mayo, indicando que el peligro de expansión del virus casi letal podría convertirse en pandemia y que era necesaria una intervención audaz y firme de los países de occidente. De nuevo oídos sordos.

Se comienza a reaccionar con los casos de occidentales infectados en terreno y que son repatriados para su tratamiento y ahí es donde comienzan a observar como una veta de oro las bondades que podría tener el dichoso virus para los poderosos de este mundo. De hacer donaciones fuerte y llegar a los 1.000 millones de dólares que pide la ONU, nada de nada. España ha donado hasta el momento 427.000 euros, lo que se gastan en chucherías los señores jetas de las tarjetas de bankia.

Estas bondades vienen dadas por el hecho de que hoy en día casi nadie habla en nuestro país del paro, de las enormes cifras de jóvenes sin empleo y los exiliados económicos,  de los desahucios, del hambre que atenaza a centenares de miles de familias, de los corruptos, de problemas en los partidos rancios ni de alternativas a la salida de una crisis que se ha instalado en nuestro ADN, o del envío de tropas españolas a Irak, puertas giratorias o vísperas de elecciones.

A nivel internacional, la opinión pública ve desaparecer de un plumazo los avances del Estado Islámico, los bombardeos de los aliados contra ellos, el genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania, los follones en Hong Kong, la guerra fría de Putin contra el resto del mundo, las pérdidas de vidas humanas saltando vallas y fronteras para sobrevivir, el hambre y la miseria en varios países africanos afectados por graves sequías y otra decena de asuntos que pasan al cajón del “mejor no hablamos de ellos”.

Resulta vergonzante la forma en que las autoridades españolas han abordado el contagio de la técnica sanitaria, preocupando a su máxima autoridad diplomática que esto no afecte mucho a la “Marca España”, pero espeluznante que hayan hecho del asunto, en connivencia con los medios que manejan, el único asunto sobre el mapa de la piel de toro. Por suerte, vamos madurando como sociedad y sabemos qué es lo que persiguen y cuáles son sus intereses. Y les estamos esperando a la vuelta de la esquina.


lunes, 6 de octubre de 2014

DILMA, A POR EL SEGUNDO MANDATO.


El resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, ha sido una sorpresa. No tanto porque la actual Presidenta Dilma Rousseff  (PT) haya sido la candidata más votada, sino por el resultado obtenido por Aecio Neves, Partido Socialista, que ha desbancado de la opción de la segunda vuelta a Marina Silva, posiblemente la gran víctima política de estas elecciones.

La segunda vuelta será disputada el domingo 26 de Octubre por Dilma y Neves, esperándose una victoria de la actual Presidenta para repetir mandato. Sería muy extraño que Aecio Neves consiguiera darle la vuelta a los resultados de la primera ronda y los votos obtenidos por Marina Silva (21%), pueden repartirse por igual entre ambos candidatos.

La Presidenta, cuenta con tres ventajas fundamentales para el balotaje. Por un lado, la propaganda gubernamental que hace de su aparición en los medios una constante y que ha sabido aprovechar en la campaña de la primera vuelta. De otro, que la experiencia de gobiernos anteriores del Partido Socialista permanece en la memoria de los más desfavorecidos de Brasil, por los que no hicieron absolutamente nada. Y, por último, que las protestas en la calle que pudimos ver ante y durante la celebración del mundial de futbol, no llegaron a cuajar en ninguna opción política nueva, ni ningún partido fue capaz de hacerse con las demandas para captar el descontento de las clases medias del gigante americano.

Dilma Rousseff ha jugado muy bien sus cartas. Primero, orientando su campaña contra su principal adversaria Silva, evitando un enfrentamiento con ella en segunda y considerando que el rival más fácil a batir sería Aecio Neves. Al mismo tiempo, ha implementado políticas sociales de largo alcance, tras las protestas, que se comprometen a universalizar en todo el país y ha recurrido de nuevo a la figura de Lula para recordar que Brasil está en un proceso de cambio que con ella al frente llegaría a los dieciséis años de gobierno del Partido de los Trabajadores.

América Latina respira aliviada, pues el papel de Brasil en los avances de la integración latinoamericana es fundamental. Mercosur, Unasur y Celac, son instrumentos para la integración que quedarían relegados al absurdo si Brasil no continúa empujando los mismos. Su importancia en los BRICS, como nexo para América Latina, ha sido determinante para profundizar en la constitución de nuevos bloques capaces de romper la hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea.

Así que, salvo una sorpresa mayúscula, Dilma Rousseff volverá a ser elegida Presidenta de Brasil para un mandato de consolidación de los logros obtenidos, continuar con la erradicación de la pobreza (que ya ha disminuido en un 30%), avanzar en la mejora de la calidad y universalización de la salud y la educación, conseguir más seguridad en el país y seguir al frente los procesos integradores de América Latina.


viernes, 3 de octubre de 2014

LA SOBERANÍA DEL PUEBLO.


Todas las constituciones modernas recogen el latiguillo de que la soberanía recae sobre el pueblo. Es como un soniquete que intenta empañar lo que a posteriori sucede y es que quien decide realmente son los poderes políticos.

Miles, decenas de miles o cientos de miles, según las fuentes, han salido a las calles a protestar en demanda de su derecho a decidir y argumentando que son el pueblo y que se les tiene que escuchar que para eso son los soberanos. No cesan en su empeño por la demanda y día tras día aparecen mujeres, hombres, niños, jóvenes, de todos los sectores sociales para fortalecer su demanda. Unas protestas transversales que ponen en entredicho las decisiones del gobierno central.

El gobierno se ampara en la Ley y en la obligatoriedad de su cumplimiento: Nada por encima de la Ley o la Ley por encima de todo, esgrimiendo el argumento con rotundidad y señalando a los osados ciudadanos que pretenden otra cosa (creyéndose soberanos). Sin embargo, la gente continúa saliendo a la calle y cada día con más convencimiento de que llevan la razón y que tienen derecho a decidir, que votar es la expresión más democrática de las que se puedan poner en práctica y que los avances de dicha democracia exigen apertura de mente y vista de largo alcance.

Ante la negativa feroz del gobierno central, los líderes de las protestas y manifestaciones, han amenazado con pasar a una fase de desobediencia civil bajo la premisa de: “si no atienden nuestros derechos que creemos fundamentales no podremos obedecer lo que nos parecen decisiones injustas y arbitrarias”. Los más aguerridos incluso han amenazado con tomar edificios públicos institucionales del estado, como medida de presión para que se les escuche y su protesta sea conocida en los confines de la Tierra.

La negativa del gobierno central continúa y amenazan con hacer recaer la Ley sobre dichos líderes y promotores si el movimiento no cesa. No están dispuestos a que las movilizaciones se multipliquen a otras regiones del país ni a dar soluciones que puedan ser copiadas por otros descontentos. Siempre hay algún político mandamás que señala artículos de la Constitución para amenazar con aplicarlos y retirarles competencias o el status que ya tienen y, posiblemente, poner ante la justicia a los promotores que desacatan el cumplimiento. Sobre la desobediencia civil que se vayan olvidando, el que no obedezca tendrá sanciones. Como ven un gobierno central inmovilista, caduco y falto de opciones políticas a poner sobre la mesa.

Si realmente la soberanía recae en el pueblo, es este quien debería decidir en cada momento por dónde deberían orientarse los avances de la democracia. El gobierno central debería analizar las distintas opciones y ponerlas encima de la mesa para que, al final, la soberanía del pueblo decida. Pero me temo que lo único que harán será aplicar la represión.
Efectivamente, como se han imaginado, no les estaba hablando de Cataluña, sino de Hong Kong.