2012: ¿INICIO DEL FIN DE UNA ERA?
Todos los pronósticos, unos más serios que otros, parecen indicar que el 20 de diciembre de 2012 se producirán una serie de cambios estelares que afectarán al futuro inmediato del planeta tierra. El enigma de que ese día termina el calendario maya, unido a diversos estudios científicos según los cuales el Sol se alineara con el centro de la galaxia provocando un giro no determinado de la tierra, avalan con seriedad que algo va a ocurrir. No estoy intentando jugar a los acertijos, crear desolación ni darle cancha a las predicciones de Nostradamus (que por cierto también coinciden junto a algunos oráculos antiguos en la fecha), sino intentando discernir lo que ocurriría si efectivamente la tierra girase algún grado, pongamos de 2 a 4 sobre su eje, inclinándose aún más hacia un lado.
Parece que el primer efecto a tener en cuenta, según los científicos que han estudiado ya el asunto, es la variación de la línea del ecuador, es decir, el clima cambiaría para muchas zonas de la tierra y de los mares, provocando una temperatura tropical en países donde anteriormente se gozaba de temperaturas menos cálidas. Ello podría provocar el deshielo de algunas zonas heladas con el consiguiente aumento de los niveles de las aguas, provocando algunas inundaciones en los lugares costeros (supongamos que solo sea primera línea de playa) lo que provocaría un desastre de magnitud controlada pero que sería el inicio de profundos cambios que afectarían nuestra rutina actual.
Los movimientos internos de las placas serían provocados por estos cambios de temperatura y se producirán bastantes terremotos y maremotos que acarrearan tsunamis de imprevisibles consecuencias. Con el calentamiento de zonas nuevas se producirán liberación de gases metano actualmente más o menos controlados por la temperatura y la propia naturaleza. Todo ello es ajeno a los asuntos relacionados con el Calentamiento Global provocado por la acción humana, es decir, esto puede ocurrir siendo los humanos excesivamente depredadores y contaminantes o sin serlo.
Uno de los principales problemas lo tendremos en la erupción volcánica que se producirá con gran voracidad ocasionando nubes que enfriarían la tierra en algún grado lo cual podría provocar un inicio de una nueva pequeña glaciación, para la cual en este momento no estamos preparados.
Según algunas predicciones el nivel de las agua podría subir en poco tiempo (5 años desde la fecha) entre 3 y 5 metros, provocando ya en este caso inundaciones mucho más serias que las primeras línea de playa. Muchas especies animales irían migrando para cambiar su hábitat y los humanos nos iremos redistribuyendo por otras zonas, abandonando aquellas inundadas y que dejarán de ser fértiles.
Bueno todo ello puede depender, como decía al principio, de los grados que la tierra pueda girar de su posición actual. Confiemos en que dicho giro no se produzca o si lo hace sea mínimo, de unas décimas, para que los efectos que pronostican los científicos sean lo menor posible.
Sin embargo, todo ello, se produzca o no, debería hacernos pensar en cómo estamos planteando nuestra existencia en un planeta que definitivamente no nos pertenece, pertenece al cosmos, al universo, no siempre estuvo habitado y dejará de estarlo en algún momento. Esto no es ciencia ficción sino el proceso lógico según los estudios de prestigiosos astrónomos durante siglos.
Es obvio que no nos vamos a quedar sentados esperando los fenómenos que se anuncian, porque sería un error abandonarnos a los cambios planetarios y dejar de intentar cambiar los rumbos de nuestro devenir diario. Continuaremos buscando un mundo mejor, otra tierra posible, con o sin 2012.
Francisco Pineda Zamorano.
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