PRESIDENTES 3 HONDURAS 1
PACO PINEDA.
Esto no es el resultado de un partido de futbol sino la triste realidad en la que se encuentra actualmente la república centroamericana de Honduras. En estos momentos el país cuenta con tres presidentes, a saber: el depuesto mediante golpe de estado en Julio pasado, Manuel Zelaya, el golpista y presidente de facto, Roberto Micheletti, y el electo en los comicios del 29N Porfirio Lobo, quien no tomará posesión hasta mediados de enero 2010.
Esta situación anómala que está viviendo el país desde el verano, ha traído consecuencias bastantes serias tanto al interior como en sus relaciones con el mundo. Al interior ha provocado una inestabilidad social sin precedentes, con diversos frentes abiertos en lo referido a la economía del país: inflación, déficit fiscal y presupuestario, desequilibrio exagerado en la balanza de pagos, desempleo galopante, decrecimiento de las inversiones externas, etc… En su relación con el exterior, Honduras ha sido expulsada del Consejo Interamericano y suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien ni siquiera participo como observadora en los comicios de Noviembre. La mayoría de los países de la región no reconocen ni las elecciones ni los resultados de las elecciones, por considerar que los mismos se han producido en un clima de violación de los derechos fundamentales y con un presidente depuesto por la fuerza, siendo convocadas por un presidente ilegítimo.
Mientras el Partido Popular Europeo acaba de reconocer la validez de los comicios y por ende el triunfo de Porfirio Lobo como próximo presidente del país, el partido socialista mantiene un silencio anodino, frustrante, y el gobierno de Rodríguez Zapatero calla, esperando verlas venir desde los dos referentes que tienen peso en la opinión del conflicto hondureño: Brasil y Estados Unidos. Con la máxima de que para qué vamos a opinas si los que deciden son otros, el Ministro Moratinos continúa manteniendo un perfil demasiado bajo de nuestra diplomacia y pone de manifiesto la pérdida de peso de nuestro país en las cuestiones iberoamericanas.
Brasil que no reconoce las elecciones y EEUU que sí lo hace, han llegado a un acuerdo doble. Por un lado, facilitar la salida dignamente del mandatario depuesto Manuel Zelaya de la embajada brasilera en Tegucigalpa, mediante un salvoconducto que le lleve en condición de asilado a algún país centroamericano o del Caribe (probablemente Rep. Dominicana). Por otro, ambos países proponen una salida inmediata del poder del golpista Roberto Micheletti, quien de momento se encuentra feliz realizando los traspasos correspondientes con el futuro presidente Lobo.
El peligro sigue en la zona, pues mantener impasibles ante este tipo de atropellos a las cartas internacionales y a las deposiciones ilegales de presidentes, sólo puede ser un mal ejemplo que no debemos permitir se convierta en normalidad.
PACO PINEDA. Responsable América Latina, Área Política Exterior de UPYD.
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