miércoles, 1 de septiembre de 2010

ANDALUCÍA SIEMPRE PIERDE

En todos los gobiernos que no contaron con mayoría absoluta, fueran estos los de González, Aznar o Zapatero, siempre se han negociado los Presupuestos Generales del Estado (PGE) contando con el apoyo de los distintos grupos nacionalistas, a cambio de prebendas económicas y competenciales para sus comunidades autónomas. Esto es lógico dentro de una táctica cortoplacista que pretende salvar por los pelos el tener que gobernar con unos presupuestos prorrogados y siempre en la lógica de afianzar la posición del gobierno durante el periodo correspondiente. Por ello no son de extrañar los pasos que Zapatero está dando con el PNV para garantizar su apoyo presupuestario, ni los movimientos que hará con CIU y Coalición Canaria para obtener al menos su abstención. Como novedad con los nacionalistas vascos, con respecto a otras ediciones del capítulo de negociaciones, es que ahora no gobiernan ellos en el País Vasco, sino que lo hace el propio PSOE de Euskadi, y la negociación de traspasos de competencias, techos y otras obras, han de negociarse en la mesa correspondiente de ambos gobiernos. A nadie se le escapa que cuando uno pone dinero en un sitio tiene que quitarlo de otro. Precisamente ahora el dinero no es lo que sobra en las arcas del Estado. Con todas las negociaciones presidenciales hasta la fecha, cuando se ha colocado dinero en Cataluña, País Vasco o Canarias, incluso Cantabria y Navarra, a cuenta del apoyo a los PGE, ese dinero se ha quitado de las inversiones a realizar en otras comunidades autónomas, especialmente Andalucía. Y nos ha tocado la china siempre debido a la condición de feudo socialista, donde sus varones han relegado sus demandas en busca del bien del partido, cuando el que negociaba era un gobierno central socialista; o se ha visto mermada la inversión cuando el que gobernaba era el P. Sea como fuere, Andalucía no puede permitirse por más tiempo el que los fondos del gobierno central no acompañen las inversiones necesarias para el repunte de la economía andaluza. La falta de planificación estratégica para el desarrollo sostenido ha supuesto en Andalucía un parón en seco a nuestro crecimiento económico y social, a lo que si añadimos que no contamos para nada en el concierto de las negociaciones (al no ser necesarios e imprescindibles para intereses mayores), los recortes y pellizcos al presupuesto tendrán un coste sensible para nuestra comunidad. Pero de eso, los andaluces hemos ido tomando nota a lo largo de todos estos años. No se nos va a olvidar que tanto PP como PSOE han utilizado a Andalucía como y cuando les ha dado la gana, sin pensar en que llega un momento en que todo se paga. Ahora tenemos una nueva muestra de cómo se priorizan las políticas: primero salvar los PGE a costa de lo que sea; ya veremos que se puede hacer con los demás. Y claro, así no vamos a ningún sitio.

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