jueves, 16 de enero de 2014

OBAMA Y RAJOY

Por ventura los datos globales de nuestra economía empiezan a estabilizarse creando cierto optimismo en las inversiones extranjeras. Rajoy ha venido sonriente de su visita al oráculo de Washington por sus imágenes con el todopoderoso Obama, después de rendir la correspondiente pleitesía y traerse unos lacasitos de regalo, vendiendo un espaldarazo de USA a las políticas puestas en marcha por su gobierno.

Lo que no ha destacado la prensa española ha sido lo bien informados que están los asesores norteamericanos, ya que Obama le ha trasladado a Rajoy su preocupación por un desempleo exagerado del 26% y le ha instado a perseverar en solucionar tan enorme desajuste social. Es decir Mariano, o comienzas a solucionar la bárbara recesión que afecta a la clase media española y aumenta los niveles de pobreza y de pobreza extrema, o estos cantos de sirena que me traes serán sólo eso.

La Casa Blanca siempre tiene algún objetivo específico cuando recibe a un presidente de otro país. Saben que se utilizará la imagen de Obama para venderla a favor del recibido y para ello establecen un canon que prefijan de antemano. En nuestro caso, Rajoy ha estado encantado de pagar dicho canon a sabiendas de que el rédito político en España y en Europa de su visita merecía mucho la pena. Efectivamente, lo han adivinado: “Cerrar el asunto del Escudo Antimisiles en la base de Rota”, lo que Rajoy obviamente ha garantizado poniéndose a la entera disposición de las necesidades y estrategias de defensa de ejército USA.
Lo del tirón de orejas por el desempleo y la desigualdad es lo de menos, lo de las escuchas ilegales y el espionaje de la NSA con el apoyo del CNI para qué vamos a sacarlo en tan insigne encuentro de líderes mundiales. Lo importante es lo importante y lo demás es accesorio.

Me da la impresión de que nuestro presidente sigue sin enterarse de las necesidades de los españoles y, sobre todo, de sus sentimientos. La evaluación al 1,75 de desprestigio de la política española es todo un mazazo a la línea de flotación de un gobierno déspota que realiza políticas con un rodillo vetusto y que pretende hacernos tragar que la mayoría obtenida justifica todo lo que quieran hacer.

Da la impresión de que el gobierno está trabajando más con el objetivo de acrecentar la desafección hacia la política y aumentar la abstención a cifras desconocidas, que por reconducir una situación económica que consiga reducir las desigualdades entre españoles. Es muy posible que la jugada les salga bien, porque si los ciudadanos no van a votar (serán los más críticos) saldrán beneficiados con sus leales los del bipartidismo.

Una pena que no tengamos estadistas en política y que el perfil sea tan bajo y tan mediocre en nuestros gobernantes. De ahí que la decisión y responsabilidad sea exclusivamente nuestra.


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