domingo, 30 de agosto de 2015

VUELVE LULA


Luiz Ignacio Lula Da Silva, (Lula), reaparece en la arena política con intención de volver a ser el Presidente de los brasileros en las elecciones de 2018. Después de superar un cáncer de laringe y ver como día a día el gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, perdía apoyos en los sondeos y encuestas, Lula ha desenterrado el hacha política para presentarse como la alternativa que recupere el sentido de la transformación brasileña iniciado con su primer gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) en enero de 2003.

La economía carioca no pasa por sus mejores momentos y los escándalos de corrupción del entorno de la Presidenta, sobre todo lo relacionado con PETROBRAS, han puesto en peligro la continuidad del gobierno en Brasil. Dilma Rousseff es, sin duda alguna, una de las políticas mejor preparadas no solo del país sino del continente, pero en el último año ha sufrido el mayor deterioro de sus dos mandatos. Rodearse de alguna gentuza en los puestos clave de las empresas públicas y ministerios importantes, no le ha ayudado nada. Los brasileños han visto como mermaban algunos servicios básicos como la educación, la sanidad y el transporte, aprovechando la ocasión los detractores de la derecha para arremeter con cierta crudeza en su intento de derrocar al gobierno.

Lula ha dicho ¡basta!. No está dispuesto a permanecer aislado observando la pérdida de avances en la transformación del gigante latinoamericano. Ha afilado el discurso y se alista para volver a gobernar en Brasil. Su mensaje será claro: “Hay que volver a priorizar la educación”, “retomar los avances de los derechos sociales de los menos favorecidos” y “hacer avanzar a una clase media que cada vez exige mayores cotas de participación y decisión”, terminando con la corrupción y recuperando la confianza en los gobernantes.

La presión de los medios de comunicación y los buitres del sistema financiero brasileño, están haciendo lo imposible para que Rousseff cese como Presidenta, aprovechando sus fallos en el control de chupópteros y maleantes. Y es muy posible que pueda darse en Brasil un adelanto electoral en 2016 o principios del 17, que pretenda terminar con la escabechina contra el PT y que coloque a Lula da Silva como nuevo presidente del país. Así pues, la sustituta de Lula, sería sustituida por Lula, en una espiral de refuerzo de las ideas centrales que el PT defendió en 2002 y que puso en práctica con Lula hasta 2010. Retomar mensajes, repetir protagonista e ilusionar a los brasileños en la recuperación del cambio en Brasil.

No será fácil pero tampoco imposible. Lula es el hombre de mayor prestigio en Brasil y, junto a Pepe Mujica ex presidente de Uruguay, el más reconocido en América Latina. Su carisma a nivel internacional sería clave para afrontar un periodo grave de las finanzas brasileñas y a nivel interno se colocaría al frente de la lucha contra la corrupción y al respeto y avance de los logros conseguidos en sus dos gobiernos anteriores.

Justo era lo que no querían los adversarios de Dilma Rousseff, pensando que desgastando a la presidenta terminarían con el PT en el gobierno. Ahora Lula les preocupa porque saben que no podrán vencerle en las urnas y que si aprietan demasiado al gobierno actual las elecciones pueden adelantarse dando entrada al debate político de recuperación de las propuestas de cambio, con un candidato de la altura de Lula da Silva.


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